꧁ Bienvenid@s a estas pequeñas historias sobre nuestro británico favorito: Henry Cavill; feat. personajes que él les ha dado vida. ꧂
⚠︎ simple imaginación!!!
• Fanfic
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
[T/n]
— Machmoud traducirá todo por nosotros, Harper — me informo mientras bajo del convoy.
Syverson se acerca a nosotros dispuesto a hablarnos sobre el lugar.
— El jeque solo ha hablado conmigo. Haré la presentación — habla él con firmeza.
— ¿Debemos quitarnos las botas, no? — pregunto tomando su antebrazo llamando su atención.
Syverson solo me mira con seriedad y melancolía, no entendí porque su trato había cambiado tan rápido conmigo.
— Si, deben quitárselas — habla él — Tomen algo de chai. Luego del chai, al grano.
Harper y Machmoud quitan sus botas para luego entrar, luego es mi turno junto con Syverson de quitarnos las botas. Pero tambaleo un poco y Syverson toma rápidamente mi cintura evitando que caiga.
El movimiento repentino hace que quedemos cara a cara provocando el roce tenus de nuestros labios.
— Tienes buenos reflejos, campeón — murmuró sobre sus labios.
— Son mejores cuando se trata de salvarte — su vista se dirige a mis labios, provocando que una sensación cálida rodé mi vientre — Debemos entrar.
Cierro mis ojos tratando de no mirarlo, sabia que si lo hacía provocaría que besara sus labios, y no era el momento, ni el lugar para ello.
— De acuerdo, te sigo — me apartó de él pero toma mi antebrazo — ¿Ocurre algo?
— Preferiría que te quedarás acá — pide con sutileza — No quiero llegar a causar un problema solo por..
— ¿Por dejar entrar a una mujer a tu equipo? — pregunto rápidamente — Que se jodan, ni pienso quedarme acá afuera esperando a que ustedes terminen de jugar al té con El jeque.
Me apartó de él y entro a la casa, donde están Machmoud y Harper esperandonos. Syverson entra y posa su mano en mi cadera.
— Tomen asiento, por favor — pide Machmoud luego de traducir lo que decía el jeque.
Nos entregaron una pequeñas tazas con chai, todos tomábamos en un denso silencio, lo que provocaba leves mareos en mi.
Syverson, quien estaba sentado junto a mi, posa su mano en mi muslo y lo aprieta ligeramente llamando mi atención. Su rostro tenía un pequeña sonrisa escondida detrás de su barba.
