1. La espada

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-- Debemos de hacerle un encantamiento para suprimir su gran poder y recuerdos de sus vidas pasadas, deberán cuidarla y mantenerla alejada de los demás niños ya que esto podría ser muy peligroso -- La niña en mis brazos se movió dejando al descubierto su diminuta cabeza, su piel pálida y sus ojos, esos iris cargados de maldad, tan rojos que daban escalofríos.

El rey volteo a verme de reojo asintiendo con la cabeza dándome una orden bastante obvia.

-- ¿Está seguro de esto majestad? -- dude bajando la mirada hacia el diminuto cuerpo entre mis brazos, el soberano del reino de Emigdia posó sus iris verdes sobre el bebé quitándomela rápidamente sin ninguna expresión como era de costumbre. Su silencio me confirmó una vez más su orden, con un poco de pena entregue el cuerpo envuelto en cobijas a aquella hechicera o como decía mi rey, una bruja salvaje.

La bruja cargo al bebé entre sus brazos, tomando sus grandes mofletes entre sus manos ásperas, viejas y llenas de arrugas, sus uñas largas y torcidas me erizaban la piel, la anciana bruja comenzó a recitar unas palabras en un idioma desconocido para mí, del bebé brotaron llamas rojas, la bruja retrocedió asustada posando al bebé en la mesa de al lado, voltee a ver al rey asustada de lo que estaba pasando pero él ni se inmutaba.

-- El encantamiento debe ser más poderoso, me temo que tendrán que hacer algo por mí si quieren que los ayude -- la anciana volteo a ver al rey, lo miraba directamente a los ojos.

-- ¿Cómo te atreves a ver a los ojos a tu rey? -- proferí señalándola con el dedo, mala idea.

-- Él no es mi rey -- escupió pasando sus luceros grises por la anatomía de mi soberano.

-- Habla y dime tu deseo -- dictamó mi rey. -- Por favor retírate Amanda, yo me hare cargo a partir de ahora -- ordenó sin más.

Salí de ese lugar con un mal presentimiento pero no podía decir o hacer algo porque solo era su mano derecha ¿Extraño cierto? Siendo mujer soy su mano derecha pero esto tiene una explicación, mi antigua reina murió luego de tener al príncipe Froilan ahora mi rey, tras su muerte yo me hice cargo del príncipe por órdenes de mi reina antes de morir, fue un trabajo muy difícil y estoy segura que he fallado.



[♛]



19 años después.

"Sobre aquella montaña verdosa se encontraba el culpable de mi añoro, con su estupenda capa blanca y su reluciente sonrisa inmaculada, me miraba con tanta pureza que a mi corazón aceleraba...."

-- Oh vamos soy patética escribiendo poesía -- me lamente lanzando el cuadernillo sobre el blando pasto en el que estaba reposando.

-- No te abrumes con algo que sabes que no haces bien -- mencionaron haciendo que volteara a su dirección.

-- Vamos hermana no seas tan dura conmigo -- regañé apuntándola con el dedo.

-- Lo que digas pero en serio deberías dejar eso, es inútil que lo sigas intentando, la poesía no es para ti hermanita -- ignore sus frías palabras volviendo a tomar el cuadernillo.

Quería escribir poesía desde muy pequeña, pero he de mencionar que no soy nada buena.

-- Debes volver al castillo, padre está furioso -- informó Bella viendo a ningún punto en específico.

-- ¿Por qué debería ir? Si está furioso estar con él es lo menos indicado en estos momentos -- suspire desinteresada.

-- Sabes que esta así porque te has escapado de nuevo, tienes prohibido estar en los jardines -- su indiferencia a veces dolía, por hades es mi hermana menor.

Maze of LiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora