Celda 55• [Ohmnanon]

6

Nanon. 🍂

Mi celo todavía no está ni cerca de llegar, pero empiezo a creer que el olor de Ohm está causando muchas ideas poco razonables en mí.

Está más controlado desde que tomó la pastilla que le trajo el policía que cuida el pabellón, pero yo aún puedo sentirlo.

Acostado mirando el techo, escucho cada cierto tiempo que se mueve en la cama, y no creo que pueda dormir hoy, porque estoy bastante tenso.

Mi Omega tiene esa poco digna necesidad de obligarme a bajar y meterme a su cama.

—Contrólate —susurro golpeando mi frente.

Puedo hacerlo, aunque tenga tantas ganas de ir a calmarlo.

Maldita sea, no puedo.

—Puedo, puedo, puedo —repito aplastando la almohada en mi rostro.

—¿Si sabes que puedo escucharte? —pregunta asustándome.

—Lo sé —digo evitando mencionar que lo había olvidado— ¿cómo estás?

—¿La verdad o solo lo que quieres oír?

—La verdad —susurro asomándome a un lado para ver hacia abajo.

—La estoy pasando mal.

Cierro los ojos, ordenándole mentalmente a mi Omega que no se mueva, pero quiere de verdad complacer al Alfa de Ohm.

Muevo mis dedos contra el colchón.

Una, dos, tres veces, y ya es más fuerte que yo, así que bajo con cuidado.

Ohm parece sorprendido por verme ahí.

—Nanon, vuelve arriba —dice con la voz firme.

—¿Q-Quieres que haga algo por ti?

Odio que la pregunta haya sonado bastante más inapropiada de lo que intentaba ser.

—No —responde rápidamente— no tienes que preocuparte porque intente hacerte algo, estoy acostumbrado a pasar mi celo sin un Omega, por eso me siento capaz de controlarlo, pero no te acerques, por favor.

—¿Ha pasado mucho tiempo? —pregunto con curiosidad.

—Llevo algunos años acá —dice girando hacia la pared para ya no verme— intenta dormir, ya te prometí algo.

Me acerco a él, aunque sé que es estúpido, pero su aroma me causa demasiadas agradables sensaciones nuevas y quiero estar cerca.

Apenas pongo una mano en su espalda, él gira y me agarra de la muñeca.

No sé si sea bueno que sus ojos oscurecidos no me estén inspirando miedo, al contrario, lo encuentro muy atractivo.

—Nanon, no.

Ya no tengo ganas de hacerle caso, así que me acuesto a su lado, con la respiración agitada por lo nervioso que me pone dar la iniciativa.

Me desconozco totalmente ahora que me estoy metiendo a la cama de un Alfa, buscando algo que quiero más de lo que debería.

—Estás siendo muy instintivo —susurra alejándose de mí.

Aunque no puede ir muy lejos, porque la pared se lo impide.

—¿Estoy haciendo el ridículo? —le pregunto mirando sus ojos.

—No —dice negando con la cabeza— solo estás haciendo que sea más difícil para mí, pero lo entiendo, tu Omega está un poco loco por mi celo, e-eso es normal.

—¿Lo es?

—Lo es cuando dos personas están destinadas.

Mi corazón me presiona fuerte el pecho y siento una revolución en mi estómago.

Tengo ganas de burlarme de mi mismo por creer que podría resistir a todos los Alfas de este lugar, pero supongo que no puedo culparme, porque no sabía que acá estaba el mío.

—No sé como puedo sentir tantas cosas por ti, sin conocerte, Ohm.

—No hay mucho para saber —responde sonriendo ligeramente— de todos modos, podemos tener una conversación, pero sería más apropiado que sea cuando no tenga esta lucha interna para controlar mis ganas de cogerte.

—¿No vas a hacerlo?

—Yo lo prometí —repite bajando la mirada.

Necesito una ducha de agua fría, porque el hecho de que esté respetando algo que ni yo puedo respetar, hace que tenga más ganas de acostarme con él.

—Debería dormir entonces —susurro acercándome a su boca.

—Nanon —suelta como advertencia agarrando mi mejilla, para alejarme suavemente.

Maldita sea, es muy atractivo que me trate así.

—Gracias —digo rápido uniendo nuestros labios cortamente.

Salgo de su cama avergonzado y subo a la mía, sin poder controlar mi corazón.

Ha sido solo un choque pequeño, pero me hace feliz.

Él no lo ha dicho, pero yo siento que ahora estoy actuando como un ridículo al que le gusta alguien, sin embargo, ya no tengo ganas de luchar contra mi Omega para no expresarlo.