—I g L——¿Señor Kim? ¿Me está escuchando?—la voz insistente de una persona resonaba en ambos oídos del atractivo lector.
Un lector al cual su poco goce de tiempo libre le había sido profanado sin consideración.
Estaba un poco molesto por ello.
Y no, el hombre de tez ligeramente morena ya no le estaba prestando atención en lo absoluto.
Solo se dedicaba a prestar atención a los dos charlatanes recién llegados y con pinta de inexpertos parlotear discretamente al lado de su mesa.
Interesante...
Claro que lo era.
Y es que, escuchar a dos tipos hablar barbaridades de su al parecer futuro jefe, insultarlo con pasión desbordante a sus espaldas e involucrar a su madre no era muy común en su rutina, y menos si de la que hacían referencia era a la de él.
—Así es... Eh ¿Jeimi, cierto?
Alcanzó a ver de reojo una cabellera roja que se movía en dirección a un chico al parecer también nuevo en el negocio.
—Es Jimin, Park Jimin
Vió al otro castaño sonreír apenado hacia el dueño de ese pelo llamativo y alzó la ceja escuchando esa interesante y poco respetuosa conversación de los dos desconocidos mientras bajaba el libro de tapa de cuero a la altura del puente de su nariz consiguiendo ocultar su rostro pero no su visión.
—Oh, lo siento... Es que no soy bueno recordando nombres.
Entrecerró los ojos e intentó observar disimuladamente al chico próximo en hablar.
—No, no te preocupes, estoy igual. Supongo que son los nervios del primer día.
El principiante receptor estuvo de acuerdo con el pelirrojo.
—¡Señor Kim! Lamento interrumpir su concentración pero esto es muy importante, la junta con los proveedores a cargo de persuadirlo en su nuevo lugar es...
Ese molesto sonido de nuevo.
—Entiendo. La escucho.
—I g L—Jimin suspiraba nervioso ante la plática que su nuevo y raro compañero le ofrecía.
—¿Entonces me éstas diciendo que los superiores de aquí son personas horribles, controladores, hijos de p3rra y sin corazón?
Miró incrédulo al tipo exageradamente alineado, flacuchento y con anteojos que juraría había robado de algún sitio del área 51. Cuando éste no se negó a las palabras del pelirrojo, Jimin quedó anonadado.
—¿Estás realmente seguro de lo que dices?
El tipo un poco más bajo que él no dudó en asentir una y otra vez defendiendo su postura.
Jimin no le quiso prestar tanto enfoque a eso, si era obvio que tal vez el del peinado de libro tenga razón. Hace rato que ese anciano atrapado en el cuerpo de chico nerd le había comentado anteriormente que le tocaron experiencias de ese calibre: Jefes desconsiderados y prepotentes, también presumidos y poco profesionales, aunque no por eso significaba que el ciclo sería el mismo, al menos no para Jimin. El rogaba porque no.
—Okay... Debo ir al baño. Te veo en unos minutos.
Dicho esto el pelirrojo se alejó lo más posible de la mesa en donde se suponía debía estar desayunando y sonrió para sí mismo al entrar y verse en el espejo del tocador.
—Jimin... Por favor haz las cosas bien, te preparaste para esto durante mucho tiempo, no la cargues en tu primera vez Park.
Recibió unas miradas con desaprobación por parte de la persona que salía de uno de los cubículos cuando terminó su plática motivacional consigo mismo.
"Lo siento"
Articularon sin sonido sus esponjosos labios mientras se inclinaba saludando y disculpándose con el desconocido.
—Bien... Estamos listos para la acción Park Jimin.
Acomodó su corbata al llegar junto a su compañero y a la mujer quien los observó con aprobación.
—Agradezco mucho que estén aquí, y que se hayan acoplado al reglamento en cuanto a presentación y puntualidad.
Jimin al escuchar esto sonrió satisfecho, su traje azul, camisa blanca y corbata gris vintage producto de la boda de su madre lo habían sacado de apuros otra vez.
Los dos aspirantes a asistente y mensajero del nuevo encargado a la presidencia asintieron y dejaron continuar a la mujer de aspecto joven con sus instrucciones al momento que los guiaba al lugar de su también nuevo jefe.
—Confío en que los detalles anteriormente vistos en las reuniones pasadas hayan sido examinados y sean acatados perfectamente. Si tienen alguna duda pueden consultarlo conmigo solamente. ¿Quedó claro?—advirtió.
La respuesta de ambos fue positiva así que añadió lo último.
—El señor Kim llega aquí en unos minutos, trabajen duro y felicitaciones por adelantado a mi futuro compañero de puesto y al nuevo mensajero.
—Gracias—alcanzó a decir solamente el chico de lentes.
Una ligera cantidad de saliva navegó en la garganta de Jimin y sus manos se restregaban entre sí consiguiendo algo de sudor, no podía siquiera hablar.
Pronto conocería al supuesto jefe cascarrabias, compulsivo, y sin alma, se sentía por los suelos. Un hombre de edad gruñón y harto de la vida, eso estaba suponiendo.
La mujer que permanecía en silencio serena en su lugar ojeando su preciada tablet adoptó una postura elegante y profesional al escuchar la puerta de la gran oficina presidencial abrirse.
—Señorita Young, señor Ficacci...
Señor Park.Dios...
¡No me linchen!
Tuve un poco de trabajo estos días y no pude actualizar, pero aquí andamos.
L@s extrañé mucho.
Espero les haya gustado este capitulo, perdonen si es corto, Esque ya se viene lo chido xd.
Psdt. Es mi primer fic así es que lamento si mi escritura no es muy de su agrado, me esforzaré mucho para conseguir una mejor habilidad para redactar.
Cuando termine con el fic, lo editaré un poco para corregir mis errores jaja.
Babai 🌈
Att. B e l l 💌