I GOT LOVE [MiniMoni/NamMin]

Capítulo 2

—I g L—

Miró insatisfecho una y otra vez la imagen que la pieza de vidrio le ofrecía.

—¡Por un demonio Park Jimin!

Suspiró cansado por el intento fallido de ser impecable. Su cabello parecía no querer ceder ante la cantidad de gel que el pelirrojo había aplicado para fijar su nuevo corte y eso lo estaba haciendo desesperarse un poco

—Ah llegaré tarde en mi primera entrevista de trabajo ¡Genial!

Faltaban tan solo 15 minutos para su entrevista y el no conseguía estar listo.

—¡Al diablo!

Decidido a no seguir con ese absurdo juego optó por peinar en ambos lados su cabellera, anteriormente estaba priorizando el acomodarlo hacia atrás para resaltar formalidad pero eso ya le resultaba imposible.

Salió del baño de empleados que era en donde se encontraba y regresó a la fina sala de espera para alistarse mentalmente sobre lo próximo que iba a suceder.

Una reprimenda de primera es lo que iba a escuchar al entrar a la oficina de su nuevo jefe o jefa.

Se controlaba a sí mismo de no sacar al aire todas las malas palabras que querían brotar de su persona.

Los nervios y la espera lo carcomían vivo, a ese paso iba a desmayarse antes de que lo nombraran para ingresar.

Tenía miedo...

Se había preparado para esto durante todo un mes, leyó cada libro, página, entrevistas, vio cada video y escuchó cientos de podcasts para saber cómo mejorar su habla, inspeccionó indudablemente su fino traje, lavó perfectamente cada parte de él, planeó usar el más fino perfume que sus ahorros pudieron comprar y quiso corregir toda imperfección de su cara. Lo tenía todo bien calculado, lamentablemente su despertador, cabello, tráfico y suerte no quisieron cooperar.

Se había levantado tarde para empezar, tuvo que colocarse el fino traje de manera rápida causando que este se arrugase un poco, no encontró ese caro perfume que estaba seguro había dejado al lado del televisor y tuvo que usar el de siempre, no pudo siquiera consumir alimento y ya faltaba una hora para la dichosa entrevista, se encaminó con prisa hacia su destino, terminaría de arreglarse por allá.

Con algo de fe pudo conseguir un taxi en menos de 5 minutos.

Con lloriqueos y quejas internas llegó al gran edificio en donde se le ofrecería la entrevista.

Suspiró al entrar al baño y puso manos a la obra.

Y desde hacía varios momentos que no pasó de su cabello.

—Dios... Me quiero morir.

Si no fuera porque se encontraban algunas personas frente y alrededor de él se lanzaría a llorar.