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Era el segundo día del celo de Kai y SooBin solo podía reír con ternura al ver que su omega no se despegaba de su lado.

Como justo ahora que Kai estaba sobre su pecho dejando besitos en este mientras ronroneaba. SooBin se sonroja por cada acción.

—¿Bebé tiene hambre? —Kai asintió con un puchero—. ¿Qué quieres?

—¡Cachorritos! —SooBin rio. Desde que empezó el celo había estado diciendo que quería cachorros.

Él también los quería pero sabía que su omega no estaba en sus cinco sentidos al entrar en calor.

—Amor, hablo de comer. ¿Qué quieres de comer? —Kai negó tapando sus ojitos.

—Quiero cachorritos, m-muchos cachorrito, B-Binnie —Kai soltó un sollozo, SooBin lo abrazó más, comenzando a dejar besitos en sus mejillas.

—Ning, yo también quiero cachorros, unas cositas peludas —Kai asintió frenéticamente entendiendo lo que su alfa decía.

—¿Y p-por qué no tenemos uno...? —SooBin rio al ver el puchero del contrario.

«Ya vez Soo, dale sus cachorritos al niño» habló Steve, al cual SooBin ignoró.

—Mira, haremos un trato —Kai estaba atento a las palabras del mayor—. Tendremos unos cachorritos cuando ambos estemos fuera de nuestro celo y estemos de acuerdo. ¿Está bien?

—¿Me lo prometes? —SooBin asintió besando sus mejillas.

—Lo prometo, cariño.

Kai sonrió.

—Me duele mi pancita, Binnie.

El segundo día de celo de Kai consistía eventualmente en estar comiendo cosas dulces y mimos de su alfa.

—¿Quieres pastelillos?

«Qué diversión» dijo Steve con sarcasmo.

Kai asintió abranzándolo por el cuello y dejando besitos en sus labios viendo el sonrojo de SooBin, quien tenía sus ojos cerrados pero aún así recibió muy bien los cariñitos de su omega.

—Vamos a hacer unos ricos pasteles de chocolate.

SooBin se levantó de la cama donde se encontraban y cargó a Kai haciendo que este restregara la nariz en su glándula de olor haciéndolo sentir nervioso.

Alfa defectuoso ᥀ SooKai. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora