Capítulo 2: "A prueba de amor"

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En su vida hubieron muchos momentos de los cuales se arrepentía durante cada día que los recordaba, o más bien cuando de repente se cruzaban por su cabeza, pero esta vez sí que había sobrepasado sus propios límites de estupidez. La única forma que tenía para relajarse era hacer esa extraña pose de gimnasia que le enseñaron en la escuela, aunque en aquel entonces fue demasiado difícil lograrla a la perfección y así mantener su cuerpo completamente volteado, ahora solo formaba parte de su rutina diaria.

La utilizaba en ocasiones "extremas" según su propio criterio, pero ahora que ese chico lindo lo había encontrado así y luego que lo vio caerse como todo un tonto, hizo que esa incomoda sensación atravesara su cuerpo y su mente automáticamente comenzaba a tener pensamientos demasiados negativos sobre si mismo.

Podía sentir la mirada del chico más alto, pero con el pasar de los minutos sintió que era tocado en su hombro y lentamente levantó la mirada, observando el semblante preocupado del otro, haciéndolo reaccionar.

Ya era un adulto pero continuaba encontrándose en momentos como este, se levantó del lugar a un estado muy avergonzado, sintiendo como algunas parte de su cuerpo ardían debido al fuerte golpe que se dio contra el piso hace apenas unos segundos. Sus ojos avellanas se abrieron con sorpresa al notar con que andaba vestido el chico de cabellos plateados, o como él le dice, "el chico lindo"

No estaba muy seguro sobre qué palabras decir, así que su voz se escuchó algo extraña ante los oídos del otro.

-Por favor olvida lo que viste, ¿trabajaras aquí?- preguntó sin mirarlo directamente a los ojos, el dolor en su cuerpo continuaba, especialmente en el área de sus brazos.

-Ah si, sólo haré unas cuantas cosas, me presento...- detuvo sus palabras para estirar su mano, Yuuri aún no se acostumbraba a esa manera de saludar tan casual pero hizo el estrechón de manos- Soy Victor Nikiforov, encantado de conocerlo...- con cautela leyó el nombre en el delantal del pelinegro- Yuuri.

El nombrado podía sentir esa sensación pero la ignoro, como lo ha estado haciendo durante los últimos años, el peliplateado pudo sentir la fuerte palpitación de las manos del más bajo contra las suyas, sin siquiera pedir permiso alguno dio vuelta la mano de Yuuri para poder ver sus manos completamente rojas, su mirada fue subiendo para ver como unos moretones se formaban en sus brazos y luego se encontró con los ojos avellanas del pelinegro que recién ahora lograba observar con más claridad.

-Tus manos...- comenzó a hablar- ¿dónde está el baño aquí?- preguntó de manera inmediata, llamando la atención del japonés algo distraído, quien sin tener idea sobre lo que estaba sucediendo solo apuntó en dirección a una puerta que estaba detrás de ellos.

Su mente divagaba de acá para allá, antes se había sentido tan avergonzado de sí mismo de todas las maneras que podían existir, e incluso llegó a pensar que ese tal Victor se reiría de él por haberse caído, y más encima por estar distraído en horas de trabajo, pero nada relacionado a aquello llegó a siquiera suceder.

Pensó que tal vez inconscientemente quería ser despedido para no ver a esas parejas felices todos los días, porque aunque por fuera se viese tan calmado a veces su interior solo deseaba renunciar, esa opción no estaba disponible para él ni para todos las deudas que debía pagar y que seguían quedando pendientes.

Sin darse cuenta los dos estaban metidos dentro del baño, pudo sentir el suave toque de esas manos contra las suyas que estaban algo ásperas por tanto trabajo, hace mucho tiempo que no tocaba algo suave además de las flores con las que trabajaba, veía como Victor limpiaba sus manos y brazos con agua, el tenia sus manos mucho más grandes y dedos más largos en comparación a las suyas que parecen de bebés.

¡Nunca tengas un "Crush"!  Por Yuuri Katsuki [Victuuri]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora