Capítulo 4

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Lincoln fue acorralado por dos personas que nunca querría ver en la difícil situación en la que estaba, pues ya tenía demasiados problemas como para meterse en más. Esos dos tipos estaban listos para lastimar al peliblanco sin motivo alguno, como de seguro ya se lo han hecho a muchas otras personas inocentes que tuvieron la mala suerte de cruzarse en su camino, sin importar que algunos pudieron ser niños.

Pero Lincoln recibió una poca de buena fortuna al ver que alguien apareció en el lugar para salvarlo, era un sujeto cuyo rostro no podía ver y al mismo tiempo le daba algo de miedo. Lo único que veía era que el usaba una gabardina de color púrpura grisáceo, y entre la sombra del árbol pudo notar el color se sus ojos; eran de color rojo lo que le dio a Lincoln la idea de que quizás ese hombre no había venido para salvarlo sino para otra cosa.

- no se los pediré otra vez, suelten al chico y váyanse ahora mismo.- dijo el sujeto misterioso mirando a los dos abusivos.

- ¡tu no te metas en ésto viejo, tu mejor vete o lo lamentarás!.- respondió el sujeto que apretaba más al pobre Lincoln hasta casi asfixiarlo.

- ¡por favor ayúdeme señor!.- gritó Lincoln desesperado por recibir la ayuda que necesita.

- ¡cierra la maldita boca enano!.- respondió el otro tipo tapándole la boca a Lincoln para callarlo.

El hombre de entre las sombras ya sabía de antemano que esos dos eran unos salvajes, a los cuales no les importaba lastimar a alguien más pequeño y débil que ellos. Le hacía pensar que la ciudad de Royal Woods era igual a su lugar de origen, donde siempre había algún malhechor que atentaba contra la seguridad de los inocentes, mismos que pedían a gritos recibir una golpiza o en algunos casos, la muerte.

El hombre misterioso empezó a caminar hasta donde estaban esos dos molestando al pequeño niño, pero cuando finalmente los tres pudieron ver su rostro se quedaron sorprendidos. Ese sujeto no tenía un rostro humano; a decir verdad era como parte humano pero era de color púrpura y lo más notable eran sus ojos rojos que miraban a los dos sujetos que tenían al chico sometido, el cual se quedó mudo al ver el verdadero aspecto de su supuesto salvador.

 Ese sujeto no tenía un rostro humano; a decir verdad era como parte humano pero era de color púrpura y lo más notable eran sus ojos rojos que miraban a los dos sujetos que tenían al chico sometido, el cual se quedó mudo al ver el verdadero aspect...

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- no puede ser verdad... ¿Acaso el es un...- dijo Lincoln sorprendido de ver el aspecto real del sujeto.

- ¡ja! ¿Crees que con tu tonta máscara púrpura nos das miedo? ¡acábalo!.- respondió el maleante diciéndole a su compañero que ataque al sujeto púrpura.

- ¡ahora si te daré una golpiza rarito púrpura!.- gritó el segundo hombre que fue corriendo hacia ese sujeto para darle un golpe muy fuerte.

- escucha, mejor no lo hagas o morirás.-

- ¡cierra la boca! ¡te enseñaré a no molestar!.-

El sujeto estaba a punto de darle un golpe a ese hombre de gabardina para que ya no sea una molestia para el y su amigo, pero en el último segundo algo muy malo pasó. Lincoln y el otro cretino vieron que el atacante se quedó parado pero con el puño extendido, como si estuviera dando el golpe a su oponente, pero dicho oponente estaba detrás de él de espaldas con su mirada fija en Lincoln.

Lincoln, El Discípulo De HitDonde viven las historias. Descúbrelo ahora