ғɪʀsᴛ ʟᴏᴠᴇ.

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Día 6: Au Escolar.

Cuando se mudaron de vecindario no creyó que también se cambiaria de escuela, pensaba que talvez fue descubierto una de sus travesuras de quemar autos y por eso se mudaron, perdió su primer año y ahora iba a comenzar de nuevo, no hubo tantos cambi...

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Cuando se mudaron de vecindario no creyó que también se cambiaria de escuela, pensaba que talvez fue descubierto una de sus travesuras de quemar autos y por eso se mudaron, perdió su primer año y ahora iba a comenzar de nuevo, no hubo tantos cambios porque seguía en contacto con sus amigos, uno de ellos le sugirió usar lentes grandes y tener el cabello amarrado para que pase desapercibido, y funcionó. Sus profesores lo veían como un chico listo, aunque fuera lo contrario, no podía controlar su frustración de no entender nada y solía golpear su pupitre.

Matemática, Comunicación o Ciencias, todo era agotador, pero había una materia que no lo frustraba, Arte, aparte de la relajante voz de su profesor o su forma relajada de enseñar, era muy atractivo, su cabellera larga lo traía recogido en una coleta dejando dos mechones sueltos, con un lunar debajo de sus grandes ojos dorados, de cierta forma su forma de mover sus manos era elegante, sus largos y delgados dedos tomando la tiza y pasándola por el pizarrón de forma lenta y desinteresada, no podía apartar su vista de él, su mirada de un lado intimidante pero a la vez amable. Cada vez que tocaba su curso, no importaba cuanto ruido hagan sus compañeros en el salón, podía escuchar el tintineo de su cascabel acercándose al aula y era suficiente para ponerse de buen humor.

No le importaba verse como un idiota, era la primera vez que se sentía de esa forma y era agradable, tenia energía para despertarse todas las mañanas temprano e ir al colegio para ver a su profesor, los días que no le tocaba clases iba a la sala de profesores en donde se encontraba tal atractivo hombre, como era temprano era el único en la sala.

—Buenos días, Kazutora-san.

Esta mañana Baji no traía sus lentes o el cabello amarrado, salió tan temprano que se le olvido peinarse, en sus manos traía una bebida que quería dársela al mayor, pero estaba algo nervioso porque era la primera vez que lo hacia, no sabia como dárselo.

—Oh Baji, que bueno verte tan temprano.— Saludó dejando de ver las tareas que corregía, era agradable aquel alumno y le daba curiosidad porque otros profesores se quejaban de Baji si era buen chico, o eso creía.

—Yo... no entiendo una tarea. ¿Puede ayudarme?— Escondió la bebida en su bolsillo, no tenia valor para dárselo.

Kazutora vio el reloj de la habitación, faltaba media hora para comenzar las clases, los profesores llegarían en veinte minutos por lo que si tendrían tiempo, además de que no quería dejar que su alumno se quedara con la duda, se levantó y tomó la mano del menor para llevarlo a su aula y ayudarlo con la tarea, no quería que se metiera en problemas por estar en la sala de profesores. En cambio Baji fue tomado desprevenido, cuando el contrario se le acercó y tomó su mano no hizo nada más que seguirlo, su mano era suave y tibia, sentía curiosidad si usaba alguna crema para que fuera tan blando, verlo caminar delante suyo y ver su espalda era suficiente para que sus mejillas se ruborizaran.

Otra cosa que le gustaba, era que Kazutora era muy gentil en ayudarlo con tareas que ni eran de su curso, la forma en como enseñaba le gustaba, hablándole en un tono tierno haciendo que no se sintiera un idiota por no entender, enseñándole con calma y cuidado. Su voz reconfortante era agradable, además de estar cerca suyo y sentir su fragancia, tan fina y dulce como una flor de glicina.

Los treinta minutos pasaron rápido, se sentía bien entender aquella tarea y más aún de haber pasado tiempo con su profesor, pero su buen humor fue bajando por la campana, sus compañeros comenzaron a llegar y sus compañeras apenas vieron al mayor se acercaron para abarazar sus brazos y saludarlo, era normal ver a chicas al rededor de Kazutora, después de todo era un joven profesor atractivo, no solo era amable con el, lo era con todos.

—Debo retirarme, no causen problemas.— Dijo tratando de alejar a las menores, debía de seguir corrigiendo las tareas, pero sintió que jalaban de su ropa. —¿Uh? ¿Baji?

Al menor no le importó que fuera visto por sus compañeras, había jalado de su vestimenta para entregarle la bebida, quería agradecer su ayuda.

—Bébalo por favor, y... gracias por ayudarme.— Cuando el mayor agarró la bebida, se retiró al baño, sus mejillas estaban ruborizadas.

Kazutora solo sonrío y grito un gracias, esto solo hizo avergonzar más al menor.

No le importaba ser correspondido, después de todo se llevaban muchos años, pero iba a disfrutar el tiempo en la escuela, siempre buscando alguna excusa de estar al lado de su profesor y pasar el rato, era suficiente para su corazón, solo quería estar cerca de su primer amor.

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Wolf and Tiger. ||「BajiTora Week」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora