Capitulo 4: Boutique Potter.

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Harry termino de acomodar el último Maniquí con la ropa de mujer. Un vestido lila, sin mangas de varias capas con Tul que le llegaba al suelo y algunos brillos. Mas un vestido de mangas largas transparentes, espalda abierta y con lazos, falda azul con patrones de estrellas brillantes en tres capas. Un traje de hombre con Corse hasta arriba del abdomen, pantalones negros ajustados, zapatos de juego. Una camisa trasparente de tul gris con un cuello con lazo negro. 

 El negoció tenía un hechizo que agrandaba la habitación, permitiendo varios estantes con las diferentes secciones de ropa para magos y brujas. Incluso tenía una sección de ropa para niños de los 11 para abajo,  dividido en lo formal e informal. Su escritorio tenía un vidrio limpio que enseñaba su herrería de joyas. Muchas hechas a mano y buena calidad. Decir que se pincho y quemo las manos era definir la mitad del proceso, se concentro que no pincharan ni incomodaran. Recibiendo de ayudantes a sus tíos, siendo quienes modelaban y decían si algo, por mas pequeño que sea, molestara.  Tuvo que hacer otro par de aretes puesto que su padrino no le quiso regresar los primeros. Acaricio su estomago al sentir una leve  patada, se sentó un momento para recuperar algo de energías. 

Modelaba una falda sencilla de cuadros rosas y líneas azules con un dobladillo circular hasta la rodilla, una camisa blanca y zapatos de charol bajos y cómodos. Separo algo sus piernas, para estar mas cómodo. Recargándose en la silla, miro el techo dando suaves caricias en su estomago, pensando en lo ultimo de estos meses.

Fue un verdadero milagro que su bebe haya sobrevivido cuando lucho contra Tom. Desde que se separo de Severus, no se sentía tan mal que antes.

Vestir Ropa femenina era una cosa que le gustaba mucho, era muy suave y adaptable. Una vez recordaba haber usado un vestido sencillo hasta la rodilla con panti medias que Severus las termino rompiendo para follarlo. Una falda, un vestido, shorts o tops eran a los ojos de Snape una invitación a coger en cualquier parte del castillo. El Harry del pasado no reclamaba que su agujero quería un pequeño descanso, pensaba que su maestro le mostraba su amor como los Elfos de los libros del Hobbit. Que el sexo era la muestra mas pura de sentimientos y cariño hacia sus parejas. Frunció el ceño molesto, si pudiera le daría una bofetada a su antiguo yo por ser muy ingenuo. Pero ahora que estaría solo era libre de vestir lo que mas amaba sin miedo, porque solo una maldita vez que le reclamo a Severus, que no deseaba coger y este le respondió: "De todas formas, te quedan horribles los girasoles"                                                                     Se sintió muy mal, que no uso ese vestido por mucho tiempo y dejo de hablarle a Severus. Con su abandono y negación a la paternidad, podía ver con claridad que no se merecía ese trato tan toxico y dañino de un Murciélago asquerosamente hermoso y sexy, amargado y cruel.

Tenia buenos amigos y una vida por quien velar y cuidar. No llorar por alguien que no sabe apreciar todo lo que hacen por el. Siguió acariciando el estomago, tarareando una canción, tranquilo y ajeno a todo.

Por el frente Severus miraba detrás de su mostrador a Harry acariciar su vientre. Tenia su cabello amarrado en una liga, camisa de rayas finas y horizontales con un chaleco azul marino, pantalón negro y zapatos cafés. Sentía el lazo tirar fuerte de su nucleó, el bebe lo llamaba sin cesar. Harry estaba agotado, agotado de ir de aquí a haya arreglando todo en su local para abrirlo pronto, también tenia antojo de chocolate y maní acompañados de una limonada de fresa. Snape suspiro molesto, tendría que lidiar con el maldito lazo hasta que ese bebe nazca. Levanto los ojos, viendo un minuto mas a Harry, lucía bastante bien en esa ropa femenina. Pero no se sentía prendido como las veces que Harry la vistió antes, estaba tranquilo viendo como Potter vestía con algo que en serio le gustaba y lo ponía cómodo.

Jamás se detuvo a ver que Harry se sentía a gusto en ropa de mujer. Siempre creyó que se vestía así para provocarlo. Ahora solo se quería golpear por haber sido tan malditamente idiota. Por el mero pensamiento, no, la idea. Creyó que Harry era uno de esos adolescentes que provocaban a sus parejas con tal de una noche de placer, incluso se sorprendió de lo mucho que el hoyo de Potter aguantaba. Pero cuando insulto el vestido de girasoles, fue automático, no pensó en las palabras. Vio a James en ese vestido y no a Harry, creyó que James estaba frente el, el era quien derramaba lagrimas y no su joven amante. Se cubrió el rostro molesto, molesto con sigo mismo.

𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆𝒔 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora