𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆𝒔 𝑷𝒓𝒊𝒏𝒄𝒆𝒔

Capítulo 10: Profeta

Era más del medió día, el callejon Diagon seguía abarrotado de magos y brujas, contando también los jovenes que pronto comenzarian las escuelas. Omitiendo obviamente Hogwarts por sus razónes, su arregló era muy próspero, avanzaban significativamente pero no sería hasta el año que viene la re-apertura.

Minerva le había informado a Severus que se harían elecciones 2 veces, contando los alumnos que el año que viene estarian en segundo y los de primer año. Por ahora, los alumnos de ahora recibieron exámenes de cada materia, los cuales debían tener mas de 3000 palabras para aprobar las materias y pasar el año.

Harry en estos momentos le enseñaba a un par de brujas mayores una muestra de sus vestidos, acercandose un poco a lo que ellas buscaban. El problema era que estas mujeres se tomaban mucho tiempo en encontrar algo, ellas tendrían el tiempo de todo el mundo pero Harry no, estaba hambriento, muy hambriento. Pero no quería ser muy mal-educado, son señoras mayores pasando probablemente los 100 años como el alquimista de la piedra filósofal. El pensar en esa piedra le provocó un escalofrió en toda su espina dorsal.

Severus solamente esperaba fuera de la Boutique, usaba una de sus antiguas tunicas negra, la cúal resaltaba una camisa gris pálido, justa a su torso. Tenia un pecho cruveado, los botones apenas sujetaban la tela. Su físico mejoró mucho con los años. Pecho grande y curvedo por los pectorales, su abdomen trabajado, brazos algo robustos. Tenía los brazos cruzados caminando en circulo frente la vidriera. Había abierto más tarde su Botica porqué tuvo que buscar algo en el Mundo Muggle.

Las señoras parecían hablar y discutir el vestido que Harry les había traído, estaba obviamente cansado y poco a poco aún mas estresado. Trajo un vestido largo con capas como una flor de 2 colores diferentes, un escote de corazon partido a la mitad por el azul y blanco, mangas francesas de tul y una gargantilla con una roca azulada en forma de lagrima. Ambas se vieron y vieron el vestido.

- ¿Y algo mas sencillo?-

- (Me pediste algo fuera de lo sencillo)- Harry tenía una sonrisa y un tik nervioso.

Severus solamente entro azotando la puerta llamando la atención de las personas. Se acercó tomando a Harry de los hombros.

- Con el debido respetó Señoras, podrían ir a otro negocio y buscar a alguien mas que las soporte, porque dado que estan en la edad donde carecen de visión o ignoran el hecho que la Señorita Potter esta embarazada, muevan sus traseros arrugados y busquen otro desgraciado que soporte su indecisión-

Con eso soltó a Harry para tomar el Maniquí y llevarlo a la parte de atrás con los demas, regresó y empujó a las dos fuera del local. Cerró en sus caras con fuerza y puso seguro, Harry quién miró todo, no protestó ni dijo nada, se sentía mas agradecido por esto. Severus con un simple movimiento de varita atrajó una silla casi obligando que Potter se siente.

- Yo...muchas gracias, no sabía como pedirles que se fueran-

- Debes saber cuándo ponerle un alto a la gente. Decirlo, serás grosero pero eso es lo mínimo a que te pisen- Severus lo miró obviamente molesto. Cruzó sus brazos y movió la cabeza apartando un mechón de cabello.

- Es difícil ¿sabés?- Harry acarició su estómago- Nunca pude ser grosero, era obligada a ser "educada" si sabia lo que me convenía- Giró la cabeza viendo las manos en una exhibición enseñar los anillos y brazaletes en venta.- No soy como tú-

Snape bajo la tensión de sus hombros y se quejó en un suspiró.

- Aprenderás, intervine solamente porqué tu hijo no paraba de llamarme-

- Hm, El príncipe mestizo cediendo a los deseos de un bebé aún no nacido- Harry sonrió de lado.

Esperaba un insultó, uno de esos comentarios venenosos. Abrío los ojos como platos viendo la diminuta sonrisa de Severus y la minúscula risilla, casi como un murmullo.