III

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Amanece y Taehyung no puede estar más intranquilo, esperando nuevamente la noche.

—Tengo miedo, ¡¿y si se asusta de mi?! Si el terror se apodera de él, si huye y nunca más vuelve, si se pierde me habré perdido yo también.

Parece volver a ser pequeño cuando piensa en tantas cosas que su mente no puede dejar de ir a mil. Quiere leer, pero no se concentra, quiere bailar, pero nada lo entretiene, solo se queda en la ventana mirando, esperando. Por horas y horas.

“Kim Taehyung solo era un pobre chico que vendió su alma a la oscuridad.

Pero tenía tanto para dar, siempre le negaron todo.

Le cerraron las puertas cuando se enteraron de su tan horrible maldición, de lo que él mismo había buscado.

Se asustaron, amigo, siempre sería así.”

La noche nuevamente lo golpea y él no puede estar más feliz. Espera, es lo que acostumbra hacer y llega la hora, las luces apagadas eran su señal y con el mejor traje que tenía, más bien el único que tenía, constaba de una  pieza fina de color azul que años anteriores le quedaba grande, ahora estaba exactamente a su medida; descendió de las largas escaleras de aquel lúgubre hogar.

Piensa en ponerse una máscara y ocultar su ser, pero se arrepiente al mirarse al espejo. Si aquel joven se asustaba, ¿Qué podía hacer? ¿Qué podia perder si no tenía nada?

Se armó de valor y caminó unos cuantos metros, está vez Hearndean no tuvo el honor de verlo pasear por todo el lugar, solo se detuvo frente a la puerta del muchacho. No esperó a que la Luna le cumpliera su deseo, solo tocó tres veces la puerta de madera.

—¡¿Quién osa levantarme a tales horas?! Mocosos traviesos, ¡verán que los acusaré con su madre!

Mas su sorpresa es chistosa y sus ojos, que se abren como lunas redondas, hermosos. Taehyung quiere huir, pero la voz de aquel joven lo interrumpe.

—Te he visto enconderte en este jardín.

—Oh.

—Te he visto hablar con mis flores.

—Oh.

—¿Quién eres? Nunca te he visto por estos lares.

Grande es su sorpresa al oír al muchacho, no lo conocía, ¡Nadie lo hacía en ese lugar! Sin embargo ahí los veías cantando canciones manchando su nombre.

—Kim Taehyung, es ese mi nombre —se arrepiente en cuanto ve el rostro del joven de cabellos negros—. Disculpe la molestia, no volveré nunca más por aquí. Se lo prometo y soy alguien de palabra.

El rubio se queda mirándolo, el pelinegro hace lo mismo, pero no se asusta, no sale corriendo, no hace nada que hubiera esperado. Es todo un misterio su actitud.

—El vampiro... —dice deteniendo, nuevamente, el paso de Taehyung—. Mi nombre es Jeon Jungkook —se presenta y el vampiro levanta una ceja extrañado, el pelinegro continúa su bello parloteo—, ¿Qué es lo que quiere a estás horas? No me asustas, ten en claro eso. Soy curioso eso es todo, si has venido es por algo.

Se queda estático sin saber que decir y lo único que de su boca sale es: —Flores, son muy bonitas. Las cuidas bien.

—Cándido, eso es lo que eres. No sé como han cantado por años que te tengan miedo —dice y sonríe. Taehyung lo imita y se quedan mirando por unos segundos, ganas de llorar lo invaden sin saber por qué, o tal vez si.

El vampiro de Hearndean © JJK | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora