II

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En cuanto la primera brisa de primavera impacta en su rostro se da cuenta que tiene que cumplir la promesa que se había hecho a si mismo en su cabeza.

Tenía que salir nuevamente y dejar de ver a aquel joven desde lo alto para apreciar su belleza de cerca. Es por eso que espera impaciente la noche, tratando de hacer cuanta actividad se le viniera a la mente.

Aunque dudaba de todo, esa noche esperó a que la última luz se consumiera para salir y recorrer el pueblo como era su rutina.

Esta vez esperaba algo, alguien.

—Oh, bella y preciosa luna. Concédeme solo una vez este único deseo que te voy a pedir. Mira que he decidido tener el valor de bajar y llegar hasta acá. Concédeme pues, este deseo que viene desde el fondo de mi horrible ser, necesito que aparezca aquel joven resplandeciente que vive en aquella casa. Quisiera poder hablar con él. Quisiera hablar con alguien además de mí o mis penas.

¡Mentiroso! Mentiroso quien haya dicho que Kim Taehyung hablaba con la luna porque esta solo escuchaba palabras sin sentido de un vampiro. Esa noche no cumplió con su deseo y la luna nunca le respondió a Taehyung, como era costumbre.

Se rindió ese día, pero volvería al siguiente.

Kim Taehyung, quién en algún momento fue humano y apenas un niño cuando el mal se apoderó de él, no se rindió con su petición y salía a diario a rogarle a la luna que cumpliera su deseo.

Harta ella, quizá, fue que hizo lo que hizo.

Taehyung se paró frente a la puerta sintiendo sus manos temblar como cuando era niño en busca de refugio, sus piernas también le juegan en contra y se vió cayendo logrando aplastar algunas pequeñas flores. Se asustó y corrió en cuando vió una luz asomarse se escondió detrás de unos arbustos que no lo cubrían como él pensaba que lo hacía.

—¡¿Quién ha osado matar a mis preciosas?! —lo escucha renegar desde lejos y no evita sonreír al verlo tierno—. ¡Por los cielos! ¿Quién ha caído sobre ustedes pequeñas? Tanto daño a unas indefensas florecillas.

A los alrededores algunos ya habían despertado por los gritos de aquel muchacho, ¡seguramente cantarían sobre esto al amanecer! Muchos ya habían visto al vampiro escondido y al joven molesto, algunos volverieron a su cama rezando por el alma del dueño de las flores que ya creían perdida. Otro seguían mirando expectantes, sin ánimos de intervenir claro.

Kim Taehyung escucha suspirar al chico, escucha el latido de su corazón y siente el calor correr por su pequeño cuerpo. Lo atrae aún más todo eso, cierta envidia siente hacia él pues su belleza es innegable y puede ver lo que él no. Se acerca nuevamente cuando ve que el gruñón ha ingresado a su hogar y ha apagado su luz.

Observa las preciosas flores a las cuales no les ve el color, solo ve negro y no puede evitar como unas lágrimas caen por su rostro impactando contra la tierra.

¡Era doloroso todo esto!

Sentimientos que creía muertos han vuelto a despertar gracias a ese apuesto joven que no tenía miedo de los rumores y podían gritar a altas horas de la noche, tantas cosas está sintiendo que algunas ni explicación tienen.

¡Oh luna, apiadate de este pobre vampiro!

Toca las flores y siente la suavidad de sus pétalos, lo frágil que son en su gigantesca mano. Las aprecia por un rato más y escapa de ahí en cuanto el gallo entona su primer canto y la luna se esconde.

—Gracias, diminutas criaturas. Me han dado una idea —dice mirando a las flores, se despide de ellas, sin darse cuenta de aquellos ojos marrones que lo miraban atento.

"Kim Taehyung alguna vez fue humano, pero se consumió porque se ha vendido al infierno. Le han quitado su alma y de sus venas ya no corre nada. Es incapaz de sentir, eso es seguro.
La, la, la."


Repiten en coro los habitantes de Hearndean.

Repiten en coro los habitantes de Hearndean

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© Istigmalover

El vampiro de Hearndean © JJK | KTHDonde viven las historias. Descúbrelo ahora