CAPITULO 8 Salvando una vida.

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            Al ver como el mapache caía inconsciente, un sentimiento de culpa mezclado con preocupación invadió por completo todo su ser. Nunca antes se había preocupado tanto por alguien, ni si quiera le importo si trataba bien a alguien o si le trataba como a un retrasado. Pero Shifty era diferente. Comenzó a examinarle más de cerca aquel horrible corte en su pierna, ignorando al superhéroe y lo que decía, también le daba igual lo que hiciera ese estúpido alce. Su cabeza no paro de pensar hasta que dio con la respuesta, solo existía una enfermedad que tenía todos esos síntomas y podía estar relacionada con esa herida: Septicemia. Debian tratar con urgencia al peliverde o sino podría sufrir algún shock en sus órganos, pues esa enfermedad era causada por alguna bacteria infecciona, la cual terminaba envenenando la sangre. Era seguro que con ese corte dicha bacteria se introdujera en el torrente sanguíneo de su ayudante. Sin embargo, salió de sus pensamientos de golpe cuando Splendid le alzo, impidiéndole tener los pies en el suelo por unos breves segundos. Esa acción le hizo fruncir el ceño, sobre todo cuando su cerebro proceso aquella información que había estado ignorando con anterioridad. Estaba loco si pensaba que permitiría que se lo llevaran al hospital. No iba a cometer más errores que pudieran perjudicar al muchacho.

     Nunca pensó ver a uno de los mapaches en un estado tan lamentable. No podía negar que muchas veces pensó como seria su vida si estos desaparecían. ¡Pero nunca quiso que algo así ocurriera! ¡Una vida a cambio de tener paz, no era lo que deseaba! Por primera vez su cuerpo se quedó congelado, le costó unos segundos reaccionar mientras decía de forma automática que debían de llevar a Shifty al hospital. Más cuando escucho esa disculpa. Estaba sorprendido. ¡Nunca antes uno de los ladrones dijo algo así!¡Aun había bondad en él! Y ahora creía más que si ayudo a Sniffles a parar la máquina que provoco tanto caos y llovizna. Su cuerpo por sí solo reacciono y aparto al científico para así cargar en brazos al ladrón. Notando lo frio que estaba el cuerpo del ladrón y como su respiración estaba agitada haciendo un gran esfuerzo en ello. Además, escuchaba con su super oído, aquel corazón que latía con rapidez, intentando sobrevivir ante tal situación. No se iba a quedar para pedir permiso, tenía claro el llevárselo si o si, pasara lo que pasara.

− ¡Tenemos que llevarle al hospital! −Dijo Splendid por última vez, teniendo intención de alzar el vuelo.

− No pue...−Intento hablar Lumpy antes de ser interrumpido.

− ¡NI SE TE OCURRA! −Grito Sniffles soltando incluso hormonas de alga para dejar clara su autoridad. ¡Era SU ayudante y no iba a dejar que nadie lo tocara!

Pudo detectar ese aroma de alfa, pero eso no le intimido en absoluto, pues al igual que el científico, él también era un alfa. − ¡HAY QYE LLEVARLO! ¡¿ACASO NO VES COMO ESTA?! ¡SI SIGUE ASI SE VA A MORIR! –

− ¿Y tú quieres que ese inútil que lo metió aquí lo atienda?!¡Por que este ignorante tiene más trabajos que una puñetera muñeca barbe! – Contesto Sniffles completamente enojado y notando la mirada llena de rabia de Lumpy.

El alce no dijo nada más, se marchó de allí totalmente enojado. Ni pensaba atender a ese desgraciado, estaban mejor sin él.

Ante el silencio de su héroe favorito, se puso más firme y serio, había ganado esa "pelea" de alfas. – Lo llevaremos a mi casa. Pienso tratarle yo mismo. Y antes de que te quejes, cuento con la carrera de medicina y mi laboratorio tengo todo lo necesario para curarlo. Así que ni se te ocurra abrir la boca para quejarte. – Hablo Sniffles con autoridad.

       Muy pocas veces había perdido una batalla y mucho menos contra otro alfa. Siempre la fuerza estuvo a su favor, además de la fama que le precedía por ser un superhéroe. Sin embargo, no pudo hacer nada contra esa lógica aplastante. Busco a Lumpy con la mirada para que le apoyara, pero en algún momento este se había largado, lavándose las manos ante ese problema. Ahora debía de hacer caso a lo que Sniffles dijo pues no quedaban más opciones. Quitándose su capa roja para envolver en esta al mapache. E iba a cargarle en brazos, pero el científico de nuevo se interpuso. Nunca antes le había visto actuar así. Sin duda, se tomaba muy en serio eso de que Shifty fuera su ayudante y por tanto su responsabilidad. Pero no era momento de hacer comentario alguno, debían de pensar en el bienestar del peliverde y brindarle primeros auxilios lo antes posible. Como si fuera una simple pluma, cargo con ambos sin dificultad ni esfuerzo. Ah, ... tal vez sería mejor idea salir por la puerta principal y no dañar la estructura del edificio, abriendo una "puerta" nueva. Sus pies nunca llegaban a tocar el suelo, siempre sobrevolaba a escasos milímetros de este. Por esa razón nunca nadie le escuchaba llegar. Y aprovechándose de ese método, uso su super velocidad para salir de la comisaria, sin llamar mucho la atención de los agentes de la ley. No le importo que los policías que lograron verles se les quedaran mirando, ni si quiera pensó en la posibilidad de que podrían mal interpretar sus acciones. Ahora mismo lo único que le preocupaba, aunque le costara admitirlo, era el ladrón. Nada más sentir la brisa meciendo los mechones azules de su cabello, junto con la cinta que sobraba de su rojo antifaz, dejo de limitarse. Al igual que una nave espacial, despego rápidamente, poniendo rumbo a la casa del científico. No podía parar de escuchar al gemelo mayor de los mapaches, cada segundo que estuviera sin tratamiento estaría más cerca de la muerte y eso le hacía estar atento a ese latir que luchaba por sobrevivir.

El científico y su nuevo ayudanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora