D A R K N E S S ✔️ ©

Capítulo | 18.

Dexter.

Intento correr, pero tan pronto llego a una distancia prudente, siento como algo cae en mi espalda y me manda directamente al suelo.

Volteo como puedo e intento que sus dientes no caigan en mi cuello. Bloqueo sus movimientos y aunque es fuerte, yo lo soy aún más.

Le devuelvo el golpe.

Eso lo desestabiliza y soy capaz de darle un cabezazo que me lo quita de encima. Me incorporo, esquivando uno de sus golpes. Con mis piernas pateo su rostro y la sangre brota de él. Me pongo en pie en segundos y antes de que su puño impacte con mi rostro, lo esquivo y sujeto su cuello.

Dos segundos y le hago un movimiento tan fuerte que su cabeza se rompe en mis manos. Su cuerpo cae y respiro de forma inadecuada viendo el desastre que hay en el patio trasero.

Hay cuerpos de vampiros por todos lados y los lobos transformados hacen un excelente trabajo rompiendo sus cabezas y dejando sus cuerpos sin alma.

No puedo creer que lo que vendría a ser un día agradable resultó siendo una completa mierda solo porque un grupo de chupa sangre no aceptan que son una plaga y que nosotros somos mejores.

Y Claire...

Mi Claire

Sé que me deberé una explicación cuando todo esto termine y ese es el problema. Porque por alguna razón temo de algo que no ha llegado aún, y sé que eso no significa nada bueno.

Pongo mi vista en mi hermano y este, aún sin transformarse, mata a unos cuantos que se le atraviesan. Debo reconocer que su fuerza sobrenatural me da algo de envidia.

Observo a uno de los vampiros que se asoma por su espalda y me alerto al ver al idiota de Devan distraído matando a otro.

Van a matarlo a él

—¡Devan! —le grito, empezando a correr

Eso parece alertar al vampiro y yo no soy lo suficientemente rápido para alcanzarlo. Al igual que Devan no es suficientemente rápido para voltear.

Un grito sale de él cuando una especie de daga se atraviesa desde su espalda clavándolo por completo y dejando que su cuerpo caiga en segundos directo al suelo

—¡Devan!

Sigo gritando y sigo corriendo. Todos los miembros de la manada posan su vista en nosotros al ver cómo su alpha cae. Mi corazón late con fuerza y mi cuerpo entero tiembla de furia al ver cómo mi hermano se retuerce en el suelo sangrando justamente en el pecho

Salto sobre el vampiro que lo atacó y lo mando al suelo conmigo sobre él. La furia me inunda y no lo dejo respirar cuando tomo la misma daga y se la clavo en el pecho

Una, dos, tres, cuatro veces

Me canso y la sangre me empapa entero. Cuando veo que no hay nada de él, es cuando me levanto de encima y su cuerpo ni siquiera tiene forma de tanta sangre que brota.

No le presto atención, pongo mi vista en mi hermano que gimotea en el suelo. Maldigo para mis adentros y me agacho a su lado observando como un hilo de sangre baja desde la comisura de sus labios hasta su mandíbula

—Mierda —mascullo

Todos se acercan. Alguien empieza a hacerle presión a la herida. Devan gruñe en mil idiomas distintos y yo solo puedo pensar en cómo voy a mirar a Harriet a los ojos cuando ella vea que su esposo sufrió las consecuencias.

—Ey, ey —palmeo su rostro con brusquedad cuando lo veo cerrar los ojos. Los abre, medio agotado—. Llegas a morirte y voy hasta donde estés para devolverte, ¿me has oído?