Capítulo | 30.

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Dexter.

Volver a la mansión, sin Claire y con un propósito diferente que solo comer y dormir, definitivamente nunca pensé que sucedería. Jamás pensé estar cruzando estas puertas con algo más en mente que solo vivir aquí.

En realidad, siento incluso algo de nostalgia de caminar por todos lados y saber que lo más probable, es que no vuelva a pisar este lugar en un largo tiempo en verdad.

Sin más demora, camino a pasos apresurados y subo las escaleras de dos en dos hasta que hallo el despacho de mi hermano. Entro sin tocar, encontrándome con dos personas allí.

No me sorprende verlos en esa posición.

—Oigan, existen las camas. Lo saben, ¿no? —cierro de un pequeño portazo y enseguida Harriet se levanta de las piernas de Devan

Ella aclara su garganta y arregla su ropa en lo que mi hermano arregla cierto problemita en sus pantalones. Viéndome con cara de querer matarme allí mismo.

—¿Sabes? Creo que le pondré seguro a la puerta.

—Sí, es una buena idea —asiento

—En fin, ehm... creo que... me iré —dice Harriet, con sus mejillas rojizas por la vergüenza

—Ven —Devan vuelve a palmear sus piernas y ella lo mira alarmada—. No tienes que irte y lo sabes. Puedes oír lo que sea.

—No quiero incomodar.

—Sabes que jamás me incomodarías, amor —le guiña un ojo. Ella vuelve a enrojecer

—Puedes quedarte —le indico—. Pero si empiezan con sus guarradas no solo me iré, sino que le diré a Heaven que su papi le dará un obsequio.

Devan me mira mal y vuelvo a sonreír como angelito. Finalmente, y después de muchas súplicas, Harriet toma asiento en el regazo de su esposo y yo me siento frente al escritorio, preparado para lo que debo decir.

Suelto un suspiro

—En fin, eh... ¿la familia qué tal?

—¿Enserio es algo importante lo que debes decir? —Devan frunce el seño—. Tu jamás dices algo serio, o... importante.

—Yo creo que sí es muy importante —ella sonríe con emoción hacia mi. Eso me asusta

—¿Qué? —mascullo

—Quieres hacer algo que... se hace normalmente... cuando dos personas se aman y quieren vivir juntos y... formar una familia...

—¿Eh? —la miro confuso

—Ouuuuu —asiente Devan, sonriendo—. Creo que tengo una idea de lo que hablas, esposa.

Ambos me miran con complicidad, como si supieran exactamente lo que voy a decir y como lo diré.

—No tengo idea de lo que están hablando.

—Claro, no lo sabes —Harriet me guiña un ojo, haciendo una mueca extraña

—¿Que haces?

—Amor, creo que... hay que darle una pista que pueda entender.

—Oh, si —ella vuelve a sonreír—. Eso que se hace... cuando dos personas se aman. Ya sabes, se usa un objeto simbólico que va en el dedo anular de la mujer y...

—¿Tienes crayolas? Porque en verdad no te estoy comprendiendo en absoluto.

—Lo que mi mujer quiere decir... —carraspea Devan—. Es que te entendemos, ¿okey? Quieres dar el paso pero aún no sabes cómo.

D A R K N E S S ✔️ ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora