ᴡᴏʀʟᴅ ʜᴇʀᴏᴇꜱ ᴍɪꜱꜱɪᴏɴ | ꜱʜᴏᴛᴏ ᴛᴏᴅᴏʀᴏᴋɪ

『2』

—¡Vamos, Rody!—Exclamabas a la vez que tocabas la puerta de ese camper—¡Se hace tarde!

—¡Ya voy, ya voy!—Exclamó la voz de tu amigo.

En lo que esperabas viste cómo se abría la puerta dejando ver a sus hermanos.

—¡_________!—Exclamó la más pequeña lanzándose a tus brazos.

—¡Heyyy... buenos días a los dos!—Respondiste mirando ahora al más pequeño.

—¡Buenos días!—Exclamando para igual ir contigo.

—Bueno, ya saben lo que les dije—Decía Rody saliendo del camper—Esperamos no tardar.

—¡Bien!—Respondieron los niños alejándose para después ponerse en la entrada.

—Tenemos que irnos—Dijo el castaño viendo cómo Pino se despedía.

—¡No salgan y no le abran la puerta a extraños!—Exclamaste empezando a correr junto a Rody.

—¡Sí!—Exclamaron los pequeños para después cerrar las puertas.

Ambos después de correr empezaron a caminar.

—¿Viste?—Preguntaste mientras dabas una vuelta—Mi mejor ropa.

—Sí, eso evitará que nos atrapen...—Respondió con burla en castaño.

—¿Tú que sabes?—Preguntaste frunciendo el ceño.

Ambos entraron en aquel bar, sabiendo lo que estaban apunto de hacer.

—¿Tienes algo para nosotros?

Al ver que el dueño no respondía, bufaste levemente para dejar el dinero sobre la mesa... este lo tomo rápidamente.

—Hay una entrega por la calle 3 del Este—Dijo mientras terminaba de limpiar un vaso.

—¿Cuanto pagarán?—Preguntó Rody.

—¡Ja!—Exclamó el más grande con burla—No están dispuestos a negociar.

Antes de que Pino reaccionara, lo tomaste de tus plumas de la cabeza. Así, evitando que empezara a picotearlo.

—Bien, ya entendimos—Dijo con tanta calma Rody.

Pero tú sabías la verdad al ver a Pino. Ambos salieron de ahí. Rody te hizo una señal para que subieras en la parte trasera de la bicicleta, cosa que hiciste caso.

—¡Tontos, esa es mi bicicleta!—Exclamó el viejo asomándose por la ventana.

—¡Igual es robada!—Exclamó el castaño.

—¡La regresaremos más tarde!—Gritaste por igual.

—¡No pueden hacer eso!

Ambos ignoraron ese último grito para después reír. Rody siguió pedaleando hasta llegar a un callejón abandonado, dejando bien escondida la bicicleta para que nadie más la agarra.

—Bien, terminemos esto.

—Sí...—Respondiste con cierta desilusión.

Los dos sabían que hacer este tipo de cosas no estaba bien... pero si eran sinceros, no les quedaba de otra. Seguías los pasos del castaño hasta que un grito llamo tu atención

—¡¿POR QUÉ TENEMOS QUE HACER ESTO?!

Miraste en esa dirección encontrándote con tres chicos, com trajes muy llamativos para tu opinión.

—Que trajes...—Susurraste al verlos—¿Serán héroes?

—No lo sé, hay que pasar de desapercibidos—Respondió Rody.