El caballero rubio ☆Jasper Hale☆ (completa)

Conociendo al pálido rubio

Suena el despertador indicando que es el primer día de clases.
Me dan ganas de seguir durmiendo pero sé que mi compañera de casa no se va a despertar si yo no lo hago así que me levanto casi con los ojos cerrados y me doy en la frente con la puerta al no recordar que está cerrada.
Qué bien empiezo el día -murmuro para mi misma. Abro la puerta y me dirijo a su habitación. Tiro de su manta y la sacudo para después irme al baño, me bañé y me cambié de ropa para después peinarme en lo que iba a la cocina y veía a Aidana terminando de desayunar. Tomo su brazo y nos metimos al coche donde yo empecé a conducir y ella a maquillarse. Reí a carcajadas cuando frené en seco haciendo que su eyeliner saliera mal-
Te voy a matar -murmura quitándose el maquillaje para hacérselo de nuevo-
Era eso o matar a la abuela -me excuso encogiendo los hombros y conduciendo hacia los aparcamientos-
Me da igual la yaya. Ahora mira para delante no vaya hacer que me mates -me pide la drama queen. Ruedo los ojos y aparco en el primer lugar que encuentro para luego bajarme junto a ella y entrar al instituto-
Ahora me toca Historia. Espero que no me toque con el mismo amargado del año pasado -anuncio mientras camino por el pasillo junto a  Aidana-
Probablemente. Yo soy tú y le metería un lápiz en el... -empieza ella pero le tapé la boca al ver como algunos se nos quedaban mirando-
Vale, salvaje. Nos vemos en el almuerzo. No hagas ninguna de tus cosas raras -le pido caminando hacia mi clase-
No seas tú tan aburrida -replica ella. Entro a clase, me siento en los asientos de atrás y empiezo a sacar mis cosas hasta que una voz interrumpió mis pensamientos-
Disculpa, señorita, ¿el asiento esta ocupado? -dice una voz varonil de lo más sexy. Levanto la cabeza para encontrarme a un chico pálido con el pelo rubio, un poco ondulado, y unos ojos que parecían los de el gato de Alicia en el País de las Maravillas-
No, todo tuyo -le ofrezco con un tono de lo más estúpido dejando la mochila en un lado del suelo y abriendo mi cuaderno- soy Betty
Jasper Hale, encantado de conocerla -se presenta con una encantadora sonrisa. ¿Debería decirle que puede tutearme?-
No es por nada, pero hablas como los libros que lee mi abuela. Te juro que no es malo -confieso. No, no sé de dónde salió decir tal estupidez- me sorprende que hoy un chico no hable con tres palabras
Podemos cambiar las cosas -se encoge de hombros él. La conversación terminó cuando el profesor entró y dejó sus cosas-
Hola a todos, soy Tom, el nuevo profesor de Historia. Espero que aprobéis mi asignatura y que no se os haga pesada -nos explica el tal Tom- para empezar el curso quiero que hagáis un trabajo para recordar lo que dieron el año pasado. Os ponéis con la persona de al lado y lo quiero para el miércoles. Os  voy a dejar esta clase para que empecéis. Adelante
Bueno... lo primero: no me entero mucho de Historia y lo segundo: ¿dónde vamos a hacer el trabajo? -le dije a Jasper mientras juego nerviosamente con el bolígrafo entre mis manos-
Tranquila, a mi se me da bien. ¿Podemos ir a hacerlo en tu casa? -me pregunta sin dejar el tono pacífico atrás-
Vale, espero que no te importe que este mi prima -contesto riendo hacia mis adentros. Él niega sonriendo en respuesta. Empezamos a escribir las cosas que debíamos poner hasta que su voz interrumpe mi escritura-
¿Puedo preguntarte algo? -pide el rubio. Yo solo asiento con la cabeza mientras vuelvo a escribir- si se supone que se te da mal esta asignatura, ¿por qué te apuntaste?
Porque dije que se me daba mal, no que no me gustara -le recuerdo viendo una pequeña sonrisa crecer en sus labios. Seguimos escribiendo pero sonó el timbre e ibamos por la mitad-
¿Te espero en los aparcamientos o...? -me preguntó Jasper haciendo un ademán con su mano-
Sí, nos vemos luego, Jasper Hale  -acepto recogiendo mis cosas. Él asintió sonriendo y me fui a mi siguiente clase: Educación física. Nos pusieron en dos grupos y yo era la capitana del mío. Un rato después, solo quedábamos un pálido con el pelo negro del equipo contrario y yo hasta que lanzó la pelota muy fuertemente y caí al suelo-
Bien jugado, Betty -dice el chico extendiendo la mano para ayudarme a levantarme- soy Emmett
Tú también juegas bien y espero que no tomes asteroides porque... -bromeo ligeramente haciéndole reír-
Ya podrás tener revancha, Pitufo -contesta el chico. Rio a pesar de quedarme sorprendida ante su rápida confianza para colocarme un apodo-
Qué tu seas un mueble no quiere decir que sea pequeña -replico caminando junto a él hacia las botellas de agua-
Puede que sea un poco de cada. Encantado de conocerte, Pitufo -afirma Emmett con una diminuta sonrisa-
Igualmente, mueble de Ikea -repito. Ambos nos miramos y yo niego con la cabeza comprendido que trataba de decirme- ya se me ocurrirán mejores apodos. Vete ya
Sí, señora -se despide haciendo pose de soldado y yéndose entre risas. Después de una clase más fui al comedor y cogí una bandeja con comida para luego sentarme al lado de Aidana-
¿Qué tal tú día? -le pregunto empezando a comer-
Conocí a un chico que esta.... -señala ella haciéndome rodar los ojos-
Claro, no se porque me extraña aunque yo también conocí a uno que no estaba nada mal.... -confieso pero la frase se quedó en el aire al ver como una chica de pelo pixie junto a una rubia entraban al comedor seguidas de Emmett y otro de pelo castaño y seguido de Jasper quien me sonrió discretamente y se sentó con los que supongo que son sus hermanos-
Ese, el de pelo negro, es el chico que te digo. Se llama... -apunta disimuladamente Aidana pero la interrumpí-
Emmett. Lo sé, ya le conocí -afirmo tomando otro bocado de comida- el que yo te digo es el rubio
¿El de la cara de extreñido? -ríe Aidana justo cuando la familia pálida reía menos el rubio-
No es extreñida, es una cara seria aunque es muy caballeroso y amable -replico frunciendo el ceño terminando de comer- por cierto, hoy va a venir a casa. Tenemos un trabajo que hacer
¿No tienen que haber citas antes? -dice con burla provocando que le diera un zape-
Es un trabajo de Historia. Te pido por favor que no me dejes en ridículo -le pido dejando la bandeja junto a ella para ir por los pasillos-
Qué no, calla y ve a clases -me asegura mi prima y así lo hice-