Deshacer el daño

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Kyojuro abrió los ojos con debilidad, volvió la vista al techo, y recordó cada momento de angustia ante la perdida de su ser más querido, pensó que todo era un sueño y que nunca podría olvidar su amor.

Pero al ponerse de pie, se miró a si mismo frente a un gran espejo, con una ropa muy diferente, sus manos no estaban maltratadas y sus zapatos eran diferentes.

Miró la que parecía ser su habitación, su cama era diferente a la tradicional que solía usar, había una ventana y la puerta tenía una manija.

Abrió una de las puertas y se dio cuenta de que era un baño, lo miró y busco ropa para ponerse, como si supiera exactamente donde estaba cada cosa.

Miró las fotografías en los muebles, vio a su madre, a su hermano, a su padre y... Allí estaba él, de sus mejillas bajaron unas lágrimas.

-Tanjiro...

Se recompuso y se arregló, después de un rato, salió de casa con las llaves, en su memoria había recuerdos de esta vida y de sus vidas pasadas.

Así que supo exactamente a dónde ir para ver al niño de ojos burdeos, al llegar lo encontró sonriendo con otra persona y se dio cuenta a si mismo, que no podía seguir ocultándose o negándose lo que perfectamente sabía, sonrió y se tapó el ojo izquierdo con la mano, suspiró y caminó de frente.

-¡Hola Tanjiro! ¡Mi chico!

El extraño y el muchacho volvieron la vista al joven de cabellos rubios ardientes y mientras el de cabellos burdeos sonreía de forma nerviosa el sujeto en cuestión lo miraba molesto.

-Oh... Lo lamento ¿A quién le llamas tu chico?

-Por supuesto a Tanjiro ¿A quién más va a ser?

El hombre se volteó y preguntó.

-¿Es esto así? ¿Ya tienes a alguien y por eso no aceptas mi invitación a comer?

-Eh... Si...

Su cara casi se iba para atrás, después de todo era un pésimo mentiroso y sin embargo, el otro hombre no lo notó y se fue de allí malhumorado.

-Senpai... Llega en un buen momento, me ha salvado.

-¿Y quién dijo que mentí?

El chico se sonrojó y le daba la espalda, no había nadie que los interrumpiera, cuando Tanjiro sintió unos fuertes brazos en su cadera y unos labios húmedos en su cuello.

-Me gustas, estoy enamorado de ti como un tonto, mi chico.

El pequeño casi estalla en el calor de la sangre cuando le dieron la vuelta y lo besaron apasionadamente.

-Cerré la puerta con seguro cuando salió el tipo ese...

El niño lo miró de forma nerviosa y sorprendido.

-¿Por qué haces esto?

-Porque he esperado mucho tiempo para esto y no quiero esperar más.

Nunca dijo nada en esta vida, lo cortejo en silencio, lo llevó a pasear, fueron amigos de infancia y se contuvo cada vez que alguien se acercaba a su pequeño, pero ahora ya no quería callar más.

-Pero yo...

Entre beso y beso lo llevo atrás, dónde sabía que estaba la entrada a la habitación del niño, después de todo está era su repostería y entró cerrando la puerta.

-¿Kyojuro? ¿No te arrepentirás?

-No lo haré, por el contrario, me vuelvo loco por tenerte.

-Pero tu... Nunca quisiste salir conmigo.

Esas palabras lo descolocaron y preguntó.

-¿Nunca?

Tanjiro balbuceó que recordaba todo sobre sus vidas pasadas y que en cada vida nació recordándolo aunque pareciera algo raro y anormal.

-¿Tú siempre lo supiste?

-Si...

Le platico de algunas de ellas y Kyojuro le beso la frente antes de llevarlo a la cama.

-Y sufriste en silencio sabiendo que yo...

-No pude evitar amarte de nuevo.

-Lo lamento, fui un poco lento, pero en todas y en cada una de esas vidas, yo te deseé como nunca lo hice con nadie más, en todas esas vidas... Yo también lo recuerdo, y al final siempre quise estar contigo, sólo que recordaba demasiado tarde ¿Puedes perdonarme?

El menor se abrazó a su cuello y lloró con fuerza.

-¡Déjame compensarte! ¡Permíteme deshacer el daño!

-¡No quiero!

-Mi chico...

-Sólo quiero ser feliz con la persona que amo en este mundo.

-Yo también.

Después de eso, el calor del cuerpo de Kyojuro recorrió hasta el último centímetro de piel de Tanjiro, se unieron  y se convirtieron en una pareja feliz.

Tres años después, por la panadería corría un niño pequeño de un lado al otro tomando de la mano a una niña albina.

-Kyojuro, voy a matarte y a ese mocoso si se atreve a tomar a mi pequeña Korin.

-Relajate Uzui, Seijuro es un buen niño y sólo la está cuidando.

Pero el niño se paró en seco, junto con la niña y volvió la vista a ambos adultos.

-¿Y quién dijo que estoy jugando? ¡Un día Korin será mi esposa!

Tanjiro miró a Uzui y lo quiso tranquilizar mientras sus amigos, los miraban y sonreían.

Porque después de que se enlazaron, fueron encontrando uno a uno, a sus amigos, a los que fueron los pilares.

Al verlos juntos y sonriendo, Uzui los miró con algo de felicidad, y se pensó lo mismo que los demás.

-Al fin este par están juntos.

Porque si todos pudieran decirlo, lo dirían en voz alta, todos saben la cantidad de veces que Tanjiro y Kyojuro estuvieron separados, incluso esa que ninguno de los dos tortolitos recuerdan.

Esa historia donde el pilar de la flama murió deseando a Tanjiro y el niño lo vio partir hasta llegar al final de sus días deseando deshacer el daño de perder a Kyojuro, esa donde Tanjiro rogó una segunda oportunidad y los cielos lo escucharon.

"Por favor queridos Dioses y cielos, denle a Kyojuro una segunda oportunidad de vivir la vida con la persona que él desee"

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