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– Trois –

HoYoung observa a en silencio a DongHeon, quien conversa con algunos compañeros en el fondo del salón, como si fuesen muy silenciosos y como si el docente no suspira al escuchar sus risas pésimamente disimuladas.



DongHeon dice algo y ríen más bajo, hasta que encuentra la mirada de HoYoung y torna un rostro serio.


Sus amigos le miran confundido y dejan de jugar, cuando se percatan de la mirada de HoYoung sobre ellos y prestan atención a clases.

HoYoung también mira al frente, dándose cuenta que lo han descubierto.

Aunque está presente en todas las clases, su mente no puede evitar divagar en el pelirrojo y lo que hace cada vez que se marcha, como si tuviera algo muy importante qué hacer justamente al terminar las clases.

Le causa tanta curiosidad que, sin pensar bien, lo detiene antes de llegar a la puerta.


No, espera evita su escape por algún otro lado.

No tengo tiempo para esto, HoYoung. Déjame ir.

No tomará mucho tiempo. Sólo necesito un favor... préstame un bolígrafo, por favor.

¿Es enserio? pregunta incrédulo.

En serio. Lo necesito para escribir algunas cosas.

No...

Ninguno de mis bolígrafo tienen tinta. Sólo préstame uno y lo devuelvo enseguida.

Pregunta a alguien más. Tengo prisa.

Oh, vamos. Sólo préstame uno, yo lo utilizo rápido y lo regreso.

No tengo tiempo.

Por favor, Dongheon-hyung Dongheon rueda los ojos y suspirando, busca un bolígrafo en su bolso y presta, intentando retomar su camino Dije que no tomará mucho tiempo. Espérame   lleva al mayor hasta su mesa y hojea su libreta Cuéntame, mientras esperas, qué es tan importante a donde te diriges. Desde hace días sales con mucha prisa.

DongHeon mueve el pie con impaciencia.

¿Sabes qué? Quédatelo, hasta nuestra próxima clase. Eres muy lento escribiendo.

Terminaré rápido levanta la cabeza, viendo a DongHeon caminar hacia la puerta.

Hasta la próxima clase.

De acuerdo. Entonces. Te veo mañana.

DongHeon se detiene y lo mira con una  burlesca sonrisa.

Mañana no tenemos clases. Hasta el lunes, tonto Bae. Adiós sacude suavemente una mano y sale del salón.

Adiós sacude una mano, mirando con asombro por donde el mayor desapareció antes de despedirse con un apodo inesperado.





>> >>





Mira el bolígrafo antes de regresarlo en su estuche y toca el timbre de una puerta, la casa de YongSeung.

Una mujer lo recibe con una cálida bienvenida, dejándolo pasar hasta su sala para reunirlo con SeJeong, quien participaba en la hora del té con otra mujer.


L'amour de ma vieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora