Capítulo 1

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-¿Ella? -Childe suspiro molesto. -¿De verdad? ¿No es la chica de las artes marciales? ¿La que tiene un hermano gemelo? -El pequeño grupo que lo rodeaba empezó a reírse por sus palabras.

-Así es. -Scaramouche puso la mano sobre el hombro de su amigo sin sentir culpa alguna. -Su nombre es Lumine. Estudiante de último año, perteneciente al club de artes marciales y culinario, una chica inteligente de grado A con un comportamiento que a nadie le importa un carajo. Probablemente virgen, así que si juegas bien tus cartas, al menos podrías tener eso a tu favor.

Otro par de risas llegaron mientras el pelirrojo cambiaba de posición su mochila. -Uff, está bien. Una apuesta es una apuesta. -Él había estado mayormente ebrio cuando aceptó la apuesta estúpidamente ridícula de su amigo la otra noche. Habían estado en una fiesta después de una competencia de natación. Habiendo obtenido el primer lugar, se había declarado campeón de todo y no había nada que no pudiera hacer, ninguna apuesta que no pudiera ganar, ninguna mujer a la que no pudiera seducir.

Así que aquí estaba él, mirando desde el otro lado del patio lo que supuso que era un error de la naturaleza, una chica que era poco femenina para usar maquillaje. -Ni siquiera puede vestirse apropiadamente, se va a congelar hasta la muerte antes de que la invite al baile de la escuela.

Uno de sus compañeros habló por él. -Sí, he oído que es pobre. Podría ser una victoria fácil si sólo le muestras algo de efectivo.

Childe resopló. -¿Una victoria fácil? ¿Te refieres a mí? Nunca en la vida. La tendré comiendo de mi mano para este fin de semana. Así que apártense chicos. Observen al maestro jugar en su patio de juegos.

La apuesta no fue tan mala como sus amigos creían que sería, si perdía, tendría que asistir a la graduación en nada más que una tanga roja de encaje. Estaba cómodo en su piel, confiado en su cuerpo, y ya toda la población estudiantil lo había visto en pantalones cortos de baño, pero esa fue la principal razón que lo hizo mentalizarse para enfrentarse a esta bestia vestida de chica.

No creían en lo grande que era, lo invencible que era, lo deseable que era para el alumnado femenino, hijos de puta, incluso tenía encantadas a las lesbianas gracias a su actuación estelar durante su venta de pasteles del día internacional de la mujer, hizo varios lotes de brownies y cupcakes, para repartirlos de forma gratuita.

Incluso tenían pequeños y divertidos símbolos, dibujados a mano, cada uno de ellos en glaseado, estaba muy orgulloso de sí mismo.

Él podría hacer esto, podría hacer que una enana con problemas de feminidad se enamore de él, ¿verdad? Por supuesto que podría, lo haría con la misma facilidad con la que respira, sin ningún problema. -Ella no es lesbiana ¿verdad? -Solo tenía que asegurarse de su orientación sexual, las lesbianas lo amaban, pero no saldrían con él... Aunque nunca antes lo había solicitado. ¡Tal vez lo aceptarían!

-Nah, escuché que ella salió con ese estudiante de transferencia raro con el ukelele en el primer año durante unos meses antes de que él regresara a Mondstadt, ella definitivamente es heterosexual, pero ¿No dijiste que podías seducir a cualquiera? Estoy bastante seguro de que una lesbiana cae en esa categoría, imbecil. -Oh, ahora recordaba por qué odiaba tanto a Scaramouche, el pequeño hijo de puta estaba disfrutando demasiado de esta situación.

-Bien, la escena de una enana de artes marciales desmayándose apenas al verme llegará enseguida. Y con eso, tiró su mochila con fuerza sobre su hombro y se dirigió hacia la rubia, que actualmente luchaba con la correa de su propia mochila, que parecía terriblemente cerca de romperse.

Joder, ella es realmente pobre. -¡Oye niña! ¡Espera!

-No puede ser -Se quejó Lumine mientras decidía llevar su mochila por la correa que colgaba del otro lado colocándola sobre su hombro. No era lo más cómodo, pero volver a coser la correa sería mucho más sencillo si todavía estuviera intacta. Ella ignoró completamente a Childe mientras caminaba, a pesar de las llamadas para que se detuviera.

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