En este amplio surtido de poemas la autora se encierra en un lugar íntimo, personal y compartido con la persona amada haciendo bailar sus versos exclusivamente en ese mundo donde solo caben ellos dos:
Dos almas rotas
fueron destinadas una para la otra
desde el día de sus nacimientos.
Para amar cada imperfección perfectamente perfecta.
Para decirse con un beso, este amor es eterno.
Pero a la vez y al compartir estos versos, arrastra al lector en todas esas sensaciones y emociones a veces de extrema felicidad y otras de profunda tristeza:
...Estas almas jóvenes se encontraron en la mitad, y parecía que eran
tan completos cuando estaban juntos. Así que hicieron una tierra
donde la felicidad y la tristeza se encontraban.
Poemas cortos, directos, sin rima, con tremendo sentimiento, pero que describe perfectamente esa extraña relación que les hace perfectamente imperfectos. Donde cada parte de un todo se complementan para ser sin dejar de ser
Ella y él.
Ella era el café.
Él era cigarrillos.
La perfecta combinación tóxica.
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Una poesía surrealista en el fondo y en la forma de pensamientos inconexos, sencillos y espontáneos:
,,,Y sin más di a conocer que la vida no era valorada en lujos,
sino en el hecho de tener un pecho
en el que dejar descansar la cabeza en las noches,
después de un día en el que sentías que todo se iba a la deriva.
De esa manera, va ella con su poesía por montera a veces melancólica, a veces rabiosa, a veces pletórica, a veces completa e incompleta. Mujer loca de miedo, de lujuria, de pasión, de ternura, de impotencia; pero siempre, siempre de amor sincero y desbordado.
