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El mundo de las hadas era bastante complejo, desde el punto de vista de Jungkook, esta era una labor muy desgastante para ciertas hadas.

Su madre se encargaba de cuidar animales, siempre fue bastante dedicada y en definitiva su encanto era ese, los animalillos la correteaban de un lado al otro siempre.

¿Y su padre?

Jungkook nunca supo nada de él pero, ¿debía de existir, no?, la Hada Madre les explicó como es que todos nacieron en la aldea y él está seguro de que un hombre estuvo involucrado en su concepción.

Pero bien, como no tenía la menor idea a diario se preguntaba ¿cuál sería su obligación como hada?

Estaba próximo a cumplir 18 años y su mamá le repitió unas quinientas veces que debía siempre estar listo para recibir lo que le asignara el destino, pero bien, no es como que sea algo por lo que emocionarse; literal una fuerza mágicamente desconocida y salida de veme tú a decir donde, elegiría quien iba a ser.

Elegirían su desgracia o gracia.

Que emoción ni que la mierda.

Lo único que lo mantenía un poquito contento era la idea de ser mayor; Yoongi ya no tendría excusa para no querer llevarlo con sus amigos, muchas veces lo que decía podía desesperar bastante a Jungkook.

"Eres muy pequeño"

"No tienes suficiente madurez"

Madurez mis bolas

De tan solo imaginar la cara que pondría su hyung, a Jungkook se le escapó una risilla traviesa mientras caminaba a su choza.

—¿Qué es tan gracioso?—La mujer que estaba en el jardín lo vio llegar y volando se acercó a él.

Casi olvidaba lo que hacía.

—Nada, nada. Venía a traerte lo que me pediste.—A pasos cortos llegó hasta su madre, ella ya tenía todo listo para la llegada de ese conejo.—Este grandote no me ha dejado de olfatear durante todo el camino.—Jungkook sacudió un poco el pelo en la mejilla del gran roedor.

—De seguro está emocionado.

Nunca antes habían tenido una mascota como tal, su mamá solo las criaba en en el bosque y casi siempre rondaban por su hogar pero nunca NUNCA lo dejó quedarse con alguno, ni siquiera con el gusano que tanto le gustaba.

—Hijo, quiero darte algo.

Con un pequeño chasquido y sus manos dirigía algo que parecía ser...¿una zanahoria?

¡Sí!

Ésta flotaba hasta ellos y llegó hasta la boquita del conejo que deprisa empezó a devorarla.

—Quiero darte a este conejito.—Quitó unos cuantos mechones de la cara de su hijo.—Lo salvé hace unos cuantos días del río helado, y pensé en que tanto me has pedido una mascota y...y tal vez no es lo que esperabas pero aún sigue lastimado de su patita y tu podrías-

Cortó sus palabras cuando su hijo la abrazó con todas sus fuerzas, estaba conmovido y lo pudo ver en sus ojitos de bambi y sonrisa de conejo.

༉‧₊˚ʚ My Fairy • VKook ɞ ༉‧₊˚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora