Ese hermoso chico... ➢ NoMin [ADAPTACIÓN]

07

Jeno ignoró completamente al ex del menor durante la corta conversación en el restaurante. Su hermana parecía estar muy a gusto con el mayor y ante el aparente desinterés de este por Jaemin prefirió no tocar el asunto.

Se escusaron diciendo: — Jae y yo tenemos algo pendiente, así que si nos disculpan nos retiramos — a lo que Jaemin agregó: — Es cierto. Fue un placer verlos juntos, hacen una bonita pareja... Ojalá les sea duradero — Y si, era una indirecta para Seonghwa, la hermana de Jeno era una muy buena chica y no se merecería pasar un mal rato.

El camino a la habitación fue silencio pero no tranquilo, las miradas lasivas que se daban más los coqueteos en el ascensor ya estaba poniéndolos en ambiente.

La habitación era muy espaciosa, lujosa y muy extravagante, el menor quedó encantado con la situación.

— Me siento como un prostituto contratado por un magnate — dijo arrojándose de espaldas a la cama, sintiéndose rebotar.  ¡Jeno!

El mayor lo miró gracioso, el vino había hecho efecto en el menor cuando a él lo había afectado. — ¿Qué sucede precioso?

— Juguemos — lanzó gateando hasta la orilla de la cama. — ¿Querés ser mi Daddy, Jeno?

Las comisuras de la boca del mayor se alzaron en una sonrisa muy perversa, la cual escondió tras la copa que se había servido. — ¿Nana quiere jugar?

— ¡Si, Daddy!

Jeno sintió como su miembro se endureció instantáneamente bajo sus pantalones de vestir, los cuales se sentían muy ajustados. — Bien... de pie Bebé.

Ordenó y Jaemin obedeció de inmediato, el mayor se sentó en la cama cruzando las piernas en forma de cuatro aún con la copa en una mano y apoyándose con la otra en la cama.

— ¡Baila!... muy lento pequeño

Jaemin riendo bajito empezó a moverse muy lento, al son de una melodía muy sensual en su cabeza. Pasaba sus manos por su cuerpo, tocando su torso, su cintura bajando por sus caderas siguiendo por sus glúteos.

Sacó sus zapatos y calcetines, se despojó de su cinturón y jeans, quedando sólo con su camisa que tapaba su calzoncillo ajustados que según el punto de vista de Jeno se veían mejor que una mujer en lencería sexy.

— De rodillas... aquí, Daddy te dará un dulce Bebé — mientras el menor se situaba entre las piernas de mayor, este se deshacía de sus ropas hasta los tobillos.

Jaemin chillo de emoción al ver el tamaño que había adquirido el pene del mayor, cuando estuvo a punto de tomarlo entre sus manos Jeno lo detuvo. — Sin las manos Bebé o Daddy te castigará... —  el menor obedeció encantado poniendo sus manos cerradas sobre sus piernas a la espera del próximo movimiento del pelinegro. Quien disfrutaba tener tan sumiso al pequeño.

Tomó su miembro desde la base y acarició con este las mejillas del pelirrojo muy lentamente, con su glande delineó los rosados labios que esperaban impaciente. Jaemin se relamió los mismo así probando el presemen en sus labios.

— Dale besitos bebé.

Jaemin seguía sus órdenes al pié de la letra, dejando besitos húmedos por todo la extensión, finalizando en la cabeza, la cual recibió una lamída de apenas la punta de la lengua caliente, quien acunó el grande dentro de su cavidad bucal succionando moderadamente fuerte.

— Ya... ya para bebé o me harás acabar y no queremos eso, ¿verdad?

— No, Daddy — su voz salió casi adormesida, subió a las piernas del mayor quedando a orcadas sobre el para iniciar un fogoso beso, donde sus lenguas se frotaban entre sí, saliva sin identificar de quien se escapaba por sus comisuras.

Jeno aprovechando el beso le quitó la camisa al menor, tomando su diminuta cintura para embestir en falso al pelirrojo que gemía ante el rose de su entrepierna y el abdomen del mayor.

Los besos del pelinegro fueron dirigiéndose hacia el cuello y los pezones de Jae, cuando y dejando marcas que se veían muy sexys en la piel acaramelada que tenía enfrente. Sin siquiera notarlo, sacó los calzoncillos del menor y acarició los muslos subiendo por las nalgas del mismo, despues de tomar su propio presemen para usarlo como lubricante, busco el pequeño orificio entre esos dos cachetes carnosos.

Jaemin gimiendo se atrevió a tomar su pene para intentar aliviar el dolor que ya sufría este ante la erección que tenía pero se detuvo al escuchar al mayor, — No te he dado permiso para eso, Bebé — hizo énfasis en la última palabra introduciendo dos de sus dedos en el interior llegando precisamente a su próstata.

Un gemido desgarrador abandonó la garganta del pelirrojo arqueando su espalda y tirando su cabeza hacía atrás.

— No busques que Daddy te castigue bebé — mordió con fuerza un pezón mientras dió una leve caricia al miembro del menor, el cual estaba completamente húmedo de presemen que saboreo en sus dedos. — Dejaré esto para el final.