Naruto: Hijo del chakra

47-Pais de cobardes

"AAAAAAaaaa..."

Gato rodó por el suelo de dolor. Maldijo a Shiroken mientras lo hacía. Continuamente diciendo que lo destruiría, lo mataría o algo más. ​​

"Basta, ven, te curaré. Soy un ninja médico". ofreció Shiroken.

Gato sintió como si la vida regresara a él y empujó su brazo sangrante hacia Shiroken, "Por favor..."

Shiroken tomó la mano separada del hombre y la volvió a unir a su brazo. Solo le tomó unos minutos. Esto no fue muy difícil para él, si fuera para crecer otro brazo, entonces habría sido un problema.

"Listo, qué magistral sanador soy". Shiroken se elogió a sí mismo con orgullo.

"¡¡NOOOOO!!!" Gato gritó de dolor y frustración. Shiroken había unido su mano en la dirección equivocada, por lo que ahora su palma estaba hacia arriba cuando el brazo estaba hacia abajo.

Shiroken se encogió de hombros, "Lo siento, no hay reembolsos, hice lo mejor que pude. Espero que no uses esa mano para actividades impías, o ahora tu mano izquierda es la única esperanza".

"¡TÚ! ¿QUIÉN ERES?" Gato preguntó a gritos.

*BOFETADA*

Shiroken lo abofeteó lo suficientemente fuerte como para tirarlo al suelo, "Soy el Nuevo Daimyo del país de las olas. ¿Y tú, una empresa privada, te atreves a gobernar el país como si fueras un rey? ¿No sabes que es ilegal? E incluso yendo tan lejos como para dar la pena de muerte a las personas?"

"Shisui, quita sus armas". Shisui se movió en un instante, y cuando volvió a aparecer en su lugar original tenía algunas espadas y otras armas. El Uchiha Ciego se estaba volviendo más y más rápido con cada día que pasaba.

Shiroken saltó y se paró sobre la cruz de crucifixión, luego sanó al hombre que estaba colgado en ella, pero no lo ayudó a bajar.

Pronto, el hombre estaba consciente y miraba a su alrededor. Miró a Shiroken con agradecimiento, "Gracias, Señor Daimyo".

~Este tipo realmente me aceptó como su Daimyo tan rápido, no es de extrañar que una compañía pudiera apoderarse de ellos~ pensó Shiroken.

"No te pongas cómodo, solo quédate en silencio y observa. Tu castigo puede haber terminado, pero el de ellos no". Señaló a las personas que miraban la escena.

"Gente del País de las Olas... Ah, pronuncié mal el nombre. Gente del País de los Cobardes. Estoy profundamente decepcionado de todos ustedes. Miren a su alrededor, ¿cuántos de ustedes están ahí? ¿Miles, o incluso más? Miren aquí, ¿cuántas personas hay aquí?, ¿cuántas personas tiene Gato?, ¿20?, ¿30?

"Y, sin embargo, miren sus caras patéticas, llorando y encogiéndose de miedo. Estas personas ni siquiera son ninjas y, sin embargo, todos les temen como si fueran bestias.

"¿Dónde está la unidad? ¿Dónde está la hermandad? Estos sinvergüenzas prosperan en vuestro miedo, vuestra división porque saben que el día que estéis todos unidos será el día en que su gobierno terminará. Dios os ha dado libre albedrío, y tenéis miedo incluso de luchar por esa libertad?

"Huh, patético. Si tienes aunque sea una pizca de autoestima, entonces levanta los brazos, recoge lo que encuentres, piedras, utensilios o incluso palos, pero no dejes que te conviertan en esclavos. Había oído que este país se suponía que era muy próspero, pero dejaste que Gato estableciera aquí su poder, traficante de drogas y contrabandista.

Dime, ¿qué hizo este hombre que merecía la muerte? Les preguntó a todos, señalando al hombre crucificado.

"¡NADA! Papá ayuda mucho a la aldea. Él cree en proteger las cosas que son preciosas para ti, con tus propios brazos. P-Pero Gato... Papá trató de detenerlo". Un niño, probablemente el hijo del hombre crucificado, gritó.