Naruto: Hijo del chakra

111-Miedo

Shiroken ya había atrapado a Roshi y estaba de regreso a la aldea. Pero cuando estaba cerca vio a alguien volando en el aire. Le interesó, así que fue a comprobar qué era.

Al mismo tiempo, al ver las numerosas explosiones en el pueblo, envió 5 clones de sí mismo para manejar la situación.

Cuando uno de los clones llegó cerca de Tsunade, se rió entre dientes, "¿Cómo está el nuevo Hokage? Veo que estás herido. Déjame ayudarte".

Shiroken sin pensarlo dos veces fue hacia ella y puso su mano en su mejilla, curando inmediatamente su rostro. Luego, puso su palma sobre su brazo derecho, curándolo también. Tsunade se sorprendió por este nivel de cercanía, pero en cambio arremetió: "Dijiste que estarías junto a la aldea".

Se encogió de hombros, "Y lo hice. Nadie ha muerto, mientras aprendiste tu lección".

"¿Qué lección?" Ella preguntó.

"Que ustedes son débiles y cualquiera puede pisotearlos a todos. Hay una cita, los tiempos difíciles crean hombres fuertes, los hombres fuertes crean buenos tiempos, los buenos tiempos crean hombres débiles y los hombres débiles crean tiempos difíciles. Tu pueblo es extraño. que aunque siempre pasó por momentos difíciles, nunca fue capaz de crear buenos momentos.

"¿Quieres saber por qué? Porque tus hombres fuertes siguieron haciendo nuevos enemigos y matando a sus compañeros buenos hombres fuertes de la aldea. De todos modos, me ocuparé de estos dos ahora". Shiroken la regañó y se enfrentó a Konan y Deidara.

Shiroken vio al chico rubio, "Tú... pareces muy joven. ¿Cuántos años tienes?"

Deidara miró a izquierda y derecha, luego se señaló a sí mismo, "¿Yo? Tengo 19 años. ¿Por qué?"

Shiroken suspiró y sacudió la cabeza, "Una edad tan tierna y, sin embargo, ha tomado un camino tan equivocado. ¿Cuáles son sus motivaciones? ¿Por qué se unió a Akatsuki?"

"Porque amo mi arte y perdí contra Itachi... Argh... algún día probaré que mi arte es más grande que el suyo". Deidara maldijo.

"Hmm, entonces tienes trastorno por déficit de atención con hiperactividad", murmuró Shiroken. Luego se enfrentó a la chica de cabello azul. "Niña, pareces lo suficientemente mayor para ser sabia. ¿Por qué haces esas cosas? ¿Qué hay en matar inocentes?"

Konan miró a Shiroken, aparentemente recordando a otro hombre de cabello blanco que había entrado en su vida y la de su amiga cuando eran pequeñas. El que les mostró bondad.

"Esos inocentes tienen sangre en sus manos. Gritan asesinato solo cuando están en el lado receptor, cuando es otra persona, escupen en su nombre". Konan respondió.

Bueno, Shiroken realmente no podía negar lo que estaba diciendo, pero lo que necesitaba era detenerlos. "¿Y qué esperas al lograr destruir este pueblo?"

"Paz... En nuestra vida, hemos aprendido que solo aquellos que conocen el dolor entienden el valor de la paz. Sin dolor, no puede haber paz, sin oscuridad, no puede haber luz. Por lo tanto, por la paz, debemos trae el dolor primero. No solo en este pueblo, sino en todos los pueblos". Konan dijo, apasionadamente, completamente creyendo en sus palabras.

"¿Y cómo vas a hacer eso?" Shiroken le preguntó.

"Atrapando todas las bestias con cola y usándolas". Ella respondió.

Ahora, hablar de atrapar o esclavizar a las bestias con cola era como pisar el talón de Aquiles de Shiroken. Se sintió molesto con la obsesión del mundo con ellos, pero ninguna de las personas se tomó el tiempo para entenderlos.

*WOOSH*

Shiroken desapareció de su lugar y en un instante apareció junto a Deidara. "Entonces tu plan está condenado a ser nada más que un fracaso".