Capitulo 18

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Han pasado dos años y Hugo y Alexander siguen tras los pasos de Claudia, tal como prometieron aquella noche por Dante, dos años después de la desaparición de Cristina. Antes de irse, Cristina dejó al cargo de su hijo a Hugo y Celia, diciendo: "Sé que cuidaréis de John mejor que cualquier otra persona".

Alexander y Laura se mudaron a un piso cercano a la casa de Hugo y Celia, así que tanto Dalia como John asistieron al mismo instituto. Se hicieron buenos amigos y se apoyaban mutuamente; John protegía a Dalia como si fuera su propia hija. Javier, el único que temía perder a Dalia, había fallecido en el accidente del centro penitenciario Puerto 1.

Nicole, una periodista que había sido reclutada por Leticia en su antiguo trabajo, estaba ansiosa por cumplir sus sueños de viajar por el mundo y actuar. Pasaba su tiempo libre en audiciones para películas, series y publicidad. Leticia le había mencionado este trabajo recientemente.

—¿Para qué me quería ver, Don Julio? —preguntó Nicole.

—Quiero que vayas a este lugar —dijo Julio, entregándole una dirección.

—¿La comisaría del detective Suárez? —preguntó Nicole.

—Exactamente. Necesito que le hagas una entrevista sobre lo que ocurrió hace dos años, cuando el centro penitenciario Puerto 1 sufrió una explosión —explicó Julio.

—De acuerdo —respondió Nicole, levantándose para irse. En ese momento, Dalia y John volvían del instituto y se encontraron con un hombre de la edad de Alexander. Estaba apoyado contra la pared, con un cigarro en la boca, esperando a alguien. Dalia y John entraron a casa.

—Perdón, chicos, ¿es aquí donde vivió Dante Santos? —preguntó el hombre.

—Sí, aquí es. Era amigo de mi padre —dijo John—. Pero hace veintidós años que murió —añadió.

—Ya veo —dijo el hombre, arrojando el cigarro—. Eso es todo lo que quería saber. Muchas gracias, chicos. Que paséis una buena tarde.

Cuando la tarde llegó, Alexander y Hugo estaban revisando un caso de tráfico de drogas cuando Elisabeth los interrumpió.

—Perdón, señor, pero hay una periodista que quiere hablar con usted.

—Ah, sí. Hágala pasar —dijo Hugo. Elisabeth asintió y dejó pasar a Nicole.

—Buenas, tú debes ser Nicole —dijo Hugo, levantándose para darle la mano. Ella asintió.

—Mi jefe me ha enviado aquí para hacerle una entrevista sobre el incidente en el centro penitenciario Puerto 1 —dijo Nicole.

—Claro, toma asiento —dijo Hugo, ofreciéndole una silla—. Por cierto, te presento a Alexander. Él también estuvo en el lugar de los hechos —añadió.

—Mejor, así tengo dos testimonios. Pero según me dijeron, hubo otro más, ¿no? —preguntó Nicole, sentándose.

—Sí, Javier fue uno de los sicarios de Raffaelini, el mafioso que murió hace veintidós años junto con nuestro amigo Dante —dijo Hugo.

—¿Dante Santos? —preguntó Nicole, sorprendida.

—Sí, pero ¿cómo lo conoces? —inquirió Hugo.

—Era pareja de Leticia, una amiga mía —respondió Nicole.

—Por eso me parecía familiar tu cara —dijo Alexander—. Tú eres la mejor amiga de Leticia.

—Amiga de la infancia, más bien —dijo Nicole.

—Siento decirte esto, pero Leticia también murió a manos de Raffaelini. Además, era hermana de Dante —dijo Hugo.

Viviendo de la Excepción Más Alla de la VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora