Luz Madrigal (hija de Bruno)

Capitulo 5:

_ Mi padre y yo acompañamos a Mirabel hasta la habitación de Isabella, debía abrazarla para poder hacer más grande el poder de la vela, cuando entró en la habitación mi padre se dirigió al cuadro del que salimos hace un momento _
Luz: No, no ¿a dónde vas? _ me alarmé _
Bruno: Aún no es momento de salir _ abrió el cuadro _
Luz: pero… nos acabábamos de reunir…
Bruno: _ se giró y me cogió de la barbilla y la elevó para vernos a los ojos _ te prometo que algún día saldré de aquí, pero mientras tanto puedes venir a verme cuando quieras _ me besó la frente y se fue _
_ como si estuviera en trance sin asumir lo que acababa de pasar salí de casita y pasee por el pueblo, me daba igual que fuera a la una de la mañana, me daba igual que hiciera frío, me daba igual todo, estaba feliz, había vuelto a reunirme con mi padre.
A lo lejos vi una luz y decidí acercarme, la casa de Mariano  tenía las luces encendidas ¿Y si llamo? ¿Y si no es él el que está despierto? ¿Debería arriesgarme? Definitivamente voy a arriesgarme, hoy tengo tanto valor para hacer todo, me han ocurrido tantas cosas buenas que nada de asusta ya _
-toc toc-
Rodrigo: _ abriendo _ ¿Qué haces aquí?
Luz: también me alegro de verte _ dije con sarcasmo _ ¿Está tu hermano despierto?
Rodrigo: ¿Para que los bus..? Comprendo, por fin te ha confesado lo que siente.
Luz: ¿Lo sabías?
Rodrigo: Era bastante obvio _ se encogió de hombros _ pasa, está en el jardín de atrás, debajo del manzano.
Luz: gracias _ le sonreí de manera sincera _
Rodrigo: Oye Luz…Quería disculparme, de verdad, estaba enfadado porque no quería casarme contigo, pero no debí pagarla contigo, nunca me caíste mal, sí, somos diferentes pero espero que algún día puedas considerarme un amigo.
Luz: _ le puse una mano en su hombro _ me encantaría _ sonreír _
Rodrigo: ¿Podría pedirte algo?
Luz: claro
Rodrigo: ¿podrías preguntarle a Dolores si le interesaría salir a pasear conmigo alguna vez? _ sonreí de lado y asentí _ Gracias
_ me dirigió hasta el jardín y ahí vi a  Mariano, sentado debajo del árbol, mirando las estrellas, con una gran manta sobre sus hombros, parecía pensativo, así que sin que se diera cuenta me senté a su lado, hasta que no apoye mi cabeza sobre su hombro no se dio cuenta que estaba ahí _
Luz: ¿Puedo acompañarte?
Mariano: hey ¿qué haces aquí?
Luz: no podía dormir y me dije ¿Por qué no?
Mariano: yo tampoco ¿Tu tío te riñó mucho?
Luz: un poco, pero me da igual, llevo años enamorada de ti, ahora que yo sé tus sentimientos no voy a renunciarte.
Mariano: quiero estar contigo Luz, mañana hablaré con mi madre para anular mi compromiso con Isabella, deben entender que tú eres mi felicidad.
_ de la nada cogió un cuchillo y una de las manzanas del árbol de una rama bastante baja, pelo la manzana y me dio un trozo, lo comí gustosa, estaba muy dulce _
Luz: siempre me han gustado las manzanas de tu árbol, son las más dulces de todo el encanto.
Mariano: cuando me enteré que te encantaban las manzanas y empezaste a preparar pasteles con ellas le supliqué a mi madre plantar un manzano en el jardín, así cuando creciera el árbol tendría una excusa para poder verte _ sin pensarlo le abracé, nunca pensé que podría estar así con él _ madre mía, estás helada, ven _ me acercó a él y me tapó con parte de la manta, nos pasamos gran parte de la noche hablando, a veces dandonos algún beso suave y mirando las estrellas, cuando nos dimos cuenta nos habíamos dormido con una sonrisa en los labios_
María: ¡Mariano! ¡Rodrigo! _ los gritos de la madre de los Guzmán nos despertó alertados _ ¡Es la casa de los Madrigal! ¡Se está destruyendo! ¡La vela se está apagando!
_ me levanté asustada y salí corriendo de la casa, no podía ser, la visión de mi padre se estaba cumpliendo _
Mariano: ¡Luz espera!
_ los Guzmán me siguieron hasta casita y era verdad, la casa estaba llena de grietas por dentro y por fuera, empezaba a romperse, sin pensarlo más entré y al poco de entrar la casa se derrumbó _
Mariano: ¡Luz noooooo!
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CHAN CHAN CHAAAAAN