dos contratos.

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James Potter veía la biblioteca de su familia vacía, trato de llamar a uno de sus elfos Domésticos pero ninguno venía a su llamado, su esposa trato pero de igual manera no le hicieron caso.

Molesto se fue al cuarto del mocoso y la abrió de una patada encontrando la habitación vacía, no había nada, solo la cama tendida, el ropero estaba vacío al igual que el librero.

Camino rápidamente a su oficina y suspiro de alivio al ver su capa de invisibilidad aún ahí junto a varios de sus libros personales como los de su esposa, ahora que lo pensaba solo se llevaron los libros de las familias Potter y Black...

Lily entro a la oficina de su esposo con un pelirrojo en brazos, quien estaba comiendo una caja de chocolates.

Alexander Potter tenía el cabello pelirrojo, ojos avellanas, piel blanca casi bronceada, y unas pequeñas gafas redondas en sus ojos como las suyas.

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Dorea Black estaba esperando en la mesa del comedor a su nieto mientras tomaba su primera taza de café, poco después entro su nieto y se sentó junto a ella justo a tiempo para que la comida apareciera.

Henry veía a su abuela para después ver su comida, siguió los pasos de su abuela y comió con una etiqueta que sorprendió a la mayor.

Con una sonrisa divertida Dorea vio como su nieto cometía algunos desliz en su forma "educada" de comer.

Con cariño y un poco de seriedad le explicó al pequeño de 8 años como comer como un sangre pura, aunque cometió algunos errores más, casi era imperceptible para el ojo experto de ella.

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Después del almuerzo empezó un pequeño entrenamiento para su nieto, le estaba enseñando a usar sus ojos mágicos ya que ella misma tenía un par de ese hermoso don.

También le había escrito a una de sus sobrinas Black, Andrómeda ya que la chica había tenido una niña con el don de la Metamorfomagia y sería de ayuda para que Henry pudiera controlarlo a voluntad cómo lo hace ella, la lengua Parsel tendrían que ir de visita a una de las casa de Slytherin para ver si hay un libro que lo explique o ir de viaje a la India.

Un halcón negro llegó volando hasta ella en el jardín mientras su nieto estaba viendo la magia del lago junto a los peces de magia que habían en el.

Para: Lady Dorea Black-Potter.

Acepto su invitación a tomar el té de la tarde con usted en la mansión Black, nos vemos está tarde.

Con cariño.

Lord Corvus Lestrange.

Dorea sonrió cuando uno de sus planes estaba listo, el siguiente sería como sacar a su sobrino y sobrina de prisión, junto a ver qué le sucedió a la madrina de Henry, su Sobrina Narcissa aún no sabía de su regreso pero pronto lo haría junto a su esposo y hijo.

También debería de encontrarme con Severus y ver qué le sucedió a Tom, ese mocoso solo daba problemas.

Había tantas cosas que hacer que tenía que organizarse.

"Abuela mira" la voz de Henry la regreso al presente y lo volteo a ver, para su sopresa su nieto había hecho magia accidental, toda el agua del lago estaba suspendida en el aire con todo y los peces.

La risa de su nieto cuando los peces saltaron de agua al aire y de regreso al agua, la hizo sonreír.

Un pop la hizo girarse y vio al elfo de la casa Black, Kreacher viéndola con ¿Súplica?.

"Amante!! Por favor tiene que ayudar al amito Regulus!!" Dijo asustado, Dorea tomo a Henry en brazos y le dió la mano a Kreacher para que los apareciera dónde Regulus.

Llegaron a la casa Black, dónde dejo a Henry en el suelo y fue con Kreacher al segundo piso.

Henry gimió cuando sintió la magia en toda la casa con sus ojos, por lo que los desactivó rápidamente, parpadeo un par de veces para que su vista regresara a la normalidad.

Después de regresar sus ojos a la normalidad camino por la casa, entrando a un pasillo donde habían muchos retratos que dejaron de hablar para verlo.

Muchos tenían los ojos abiertos de sorpresa al verlo, otros tenían curiosidad por el.

Uno de ellos hablo con voz fría pero educada. "Quien es usted joven?" Pregunto un hombre de cabello negro y ojos grises viéndolo fijamente.

"Soy" Henry recordó que su abuela le había dicho que era ahora un Black Potter por lo que no debía de tener miedo de nadie ya que los Black nunca le temen a nadie. "Soy Henry Charlus Black Potter, nieto de Dorea Black de Potter" dijo firmemente asombrando a algunos.

Un hombre junto a una mujer salieron de una habitación con una sonrisa. "Les dije que no molestaran al chico, si Dorea se entera los silenciara y los meterá con sus peores miedos" dijo el hombre mientras la mujer le sonreía al pequeño.

"Hola pequeño soy Samantha Black y este de aquí es mi esposo Acturus Black, es el hermano de tu abuela y yo su cuñada" le sonrió cuando el pequeño aún no bajaba la guardia con supuestos extraños.

"Ya debe de estar bien, solo dale las pociones que te di en cada comida por una semana y empezará a sentirse mejor en poco tiempo" la voz de Dorea hizo que todos la voltearan a ver. "Acturus, Samantha cuánto tiempo sin verlos" dijo con una sonrisa cuando se puso alado de su nieto el cual seguía cauteloso por los otros dos mayores, no lo culpaba por serlo, era culpa de su hijo y nuera de que no confiara en casi nadie.

"Té y galletas?" Le pregunto Samantha quien se fue después de una confirmación de Dorea.

Poco después todos estaba en la sala de estar tomando una taza de té y Henry un vaso de jugo de naranja, junto a unos sandwiches.

Dorea sonrió cuando su nieto se quedó dormido en su regazo, había usado mucha magia hoy, le había parecido raro que aguantará tanto pero solo la hacía sentir más orgullosa porque su nieto tenía más fuerza de voluntad que otros niños.

Se puso sería cuando su hermano también lo hizo.

Esa hora fue de explicación de dónde estaba, porque no había regresado antes, porque tenía a uno de sus nietos y sus próximos planes.

Acturus y Samantha se sorprendieron un poco con algunos de sus planes, pero sonrieron oscura mente cuando menciono algunos otros.

Si Henry hubiera despertado y los hubiera visto con esas sonrisas, estaría aterrado de ellos pero por suerte para el, él estaba dormido muy cómodamente en el regazo de su abuela.