Zeke Jaeger y su hermosa esposa Hange Jaeger estaban sentados en la silla de uno de los restaurantes más ricos y dignos para la dama que traía a cenar el joven Jaeger.
Con poca edad se habían comprometido y casado, eran una feliz pareja llena de muchas bendiciones por todos lados. Más que nada por qué eran la pareja del año, su esposo siendo dueño de varias empresas farmacéuticas nacionales e internacional. Su esposa siendo la mismísima calca de Lady Di en varios aspectos, todos en los medios deseaban que esa pareja de veintiséis años tuvieran hijos y más que nada el mismo padre de Zeke lo quería.
Al Hange ser hija de una mujer que portaba la ciencia era pronto que fuera dueña de alguna empresa de las Bernhart. Claro que tenía que pasar por su tía Gloria Bernhart para conseguir el título de empresaria.
Por fin tenían una noche tranquila mientras que Hange tomaba la carta para mirar que podría pedir, tal vez Le Pot-au-feu o posiblemente Le gratin dauphinois, cualquiera estaba bien. Fuera lo que fuera comería y platicaria con su esposo como siempre.
Aunque su matrimonio fue puesto a la fuerza para que sus familias no pelearán por alguna razón estúpida se acabarán destruyendo. Ambos no tenían pareja alguna a la que llorar y pelear así que solamente se resignaron a firmar su acta de matrimonio.
— ¿Que vas a ordenar? — saco Zeke del trance a su amada esposa, la cuál acomodó sus cabellos suavemente con una sonrisa tranquila.
— probablemente Le Pot-au-feu. — sonrió tranquila acomodando su escote tan poco voluminoso, un simple corte recto cubriendo siquiera la línea de sus senos. — sabes que no me gustan las cosas demaciado... Exóticas.
— ¿Te refieres a las ancas? — soltó Zeke con una sonrisa a lo que Hange se iba a reír de manera fuerte, pero recordó que era una dama y prefirió callarse. — Algo así. — acomodó sus lentes para mover sus labios en una sonrisa ladina.
Jaeger le acomodó los mechones de cabello de nueva cuenta para besar sus labios, Hange había aprendido a amarlo como su esposo total, le trataba bien y posiblemente si tenían una pequeña familia eso los terminarían de unir por fin. Zeke por su parte se sentía bien de tener a una mujer tan divertida y amante de la lectura como ella, se la podían pasar charlando de los libros que leyeron como buenos amigos.
Todo estaba perfectamente bien en su matrimonio.
— Señor y señora Jaeger. — hablo un mesero con una sonrisa. — es un honor para mí atender a la pareja más hermosa de esta noche.— hizo un halago a ambos de manera cortés. — ¿Ya saben que ordenar de nuestro menú?
— dos platillos Le Pot-au-feu. — comento rápidamente Zeke. — un cóctel de sidra y una piña colada sin alcohol. — agrego para mirar a su esposa que estaba de acuerdo con ello.
— de inmediato, señores Jaeger. — comento el mesero para retirarse sin antes darles una sonrisa.
Hange abrazo a su esposo con una sonrisa suave y tranquila, besando sus labios como si de una danza se tratara, ballet al parecer.
— mi amor... — susurro la castaña. — a ti no te gusta el guiso. — le comento divertida.
— por la mujer más hermosa, por mi Fraülein soy capaz de hacer lo que sea. — Zeke beso la nariz de su esposa con diversión, parecían novios y eso motivaba a muchos a seguir el romance que siempre mostraban ante las cámaras, sin sentirse apresurado o forzado.
En verdad que eran perfectos, en todo el esplendor de la palabra.
Ambos cenaron entré risas y una charla amena, hablando de como aquel último libro que leyeron juntos fue un desastre, rieron mientras bebían cada uno lo que ordenó el joven Zeke.
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Detrás de un volante.
FanfictionHange "Zöe" Bernhart es una persona que le obligaron a ser sumisa a contra de su voluntad. Después de escapar de su esposo Zeke, aquel que le arrebató su felicidad, Zöe se dió cuenta que dió todo por él pero él no dió nada por ella. Moblit Berner...