🔥🍡 La Playa. 🍡🔥

232 30 18
                                    

La pelirrosa fue abriendo los ojos poco a poco, se sentía más cansada que de costumbre, pero no le extrañaba, ya el doctor le había explicado que esto podría pasar. La semana pasada fue a chequearse con su médico porque viene despertándose con mucho cansancio, al principio se pensaba que era porque se dormía tarde por las actividades escolares y por eso se despertaba tan cansada y terminaba durmiéndose en clase preocupando a Kyojuro y a los maestros, se le veía tan mal que era preferible enviarla a casa antes, pero luego de la revisión médica, supieron que era parte de su condición y le recomendaron reposar quince días para después chequearla y comprobar que todo esté bien.

Talló sus ojos volteando a ver la hora en su móvil: 14:34. Es demasiado. Durmió demasiado, pero su cerebro lo consideraba necesario, incluso quería dormir más, pero la espalda ya le dolía y la panza le rugía, no quería gritar debido a que tenía un leve mareo en la cabeza, se tomó un momento para respirar hondo por unos segundos, segundos en los que peleaba con su sueño para no caer rendida otra vez. Quiso hacer el intento de ir a su silla, pero sentía el cuerpo fatigado y optó por llamar a su madre por el móvil y ella atendió casi de inmediato, ahí le avisó que estaba despierta y que estaba algo hambrienta.

—Hija... —llamó a la pelirrosa al ver la extraña posición que había adoptado.

—Estoy bien, me duele un poco la espalda y ya no quiero estar acostada... —se le escuchaba un poco apagada, a lo que la señora Mitsuri entristeció, pero se animó de inmediato al recordar quien esperaba en la sala.

—¿Sabes? —se sentó en la cama acariciando los rosados cabellos de su hija —Kyojuro está en la sala esperando a que despertaras, ¿le digo que venga por ti? —la pelirrosa asintió sin muchos ánimos —¡Kyojuro! Puedes pasar —alzó la voz para que el rubio le escuchara y en ese momento entró pidiendo permiso.

—Mitsuri... —llamó haciendo que la nombrada se sentara de inmediato alzando los brazos para que fuera a abrazarla.

Ambos mayores quedaron sorprendidos por la manera en la que recobró energía. Kyojuro, con su hermosa sonrisa se acercó a ella y la estrechó en sus brazos, Mitsuri percibió su calor y el dolor desapareció, solo había calma es ese agradable pecho.

—Vamos, tiene hambre —decía la mujer empezando a caminar a la cocina.

El rubio la cargó en sus brazos con muchísima sutileza, como si se tratara del cristal más fino que no puede dejarse caer por nada en el mundo, la pelirrosa iba aferrada a su cuello, nunca creyó que encontraría tanta paz en su novio. Una vez en el comedor, Kyojuro la dejó sentada en la silla y la señora Kanroji dejó el almuerzo caliente frente a ella, la menor cabeceaba adormilada hasta que ella sola espabiló palmeando sus propias mejillas, luego empezó a comer bajo la mirada de su amado, ella le regresó la mirada un tanto confundida.

—¿Qué...? —cuestionó al no entender el por qué le miraba tanto.

—Te ves hermosa —respondió él con simpleza.

Su cabello rosa era un desastre, tenía unas ojeras que resaltaban más que nada por su pálida piel, sus párpados estaban un poco bajos y todo esto le daba una apariencia cansada, pero para Rengoku seguía siendo hermosa porque hay algo tal vez no se pueda ver físicamente y es el brillo que hay en su interior por querer seguir viviendo. Mitsuri se tomó unos segundos para asimilar eso, después le sonrió leve.

—¡Gracias! —le dijo contenta de que su apariencia no le importara tanto.

—Quiero invitarte a salir un fin de semana que te sientas bien —contaba apoyando el codo en la mesa y su mentón en la mano.

—¿Salir? —preguntó como si no supiera de qué se tratara el significado de esa palabra —¿En una cita, te refieres?

—¡Así! —sonrió él pasando su mano libre por los cabellos de su novia —La pasaremos muy bien, ¡te lo prometo!

Amor Sobre Ruedas (RenMitsu/KyoMitsu) ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora