1. Dulces

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El sonido de la pistola que llevaba Sanzu fue lo que Takemichi escuchó.

Dos disparos continuos, él solo sonrió.

Sanzu siempre tan rápido y preciso, no como el.

— ¿Terminaste?

Sanzu solo lo volteo a ver de mala manera, como siempre.

— Eso es mas que obvio, idiota.

Takemichi rio al escuchar al otro, a pesar de tener ya mucho tiempo conociéndose sabia que no era del agrado del pelirosa.

— Vamos entonces.

Sanzu bufo y Takemichi paso su brazo por los hombros del otro y río.

— Anda Sanzu quita esa cara, sabes que si vengo contigo es porque yo le pedí a Mikey para ver si nuestra relación mejora pero ya vi que es algo difícil, en fin asi te quiero Haru chan.

El pelirosa apartó de inmediato al otro, con un ligero sonrojo y se adelantó hacia la salida.

— Muevete que mi rey nos espera.

— Claro Haru chan — contestó felizmente siguiendo al pelirosa.

Sanzu no entendía que le vio su rey a ese pelinegro, se conocian desde adolescentes y desde ese entonces siempre habían estado juntos, al principio le causó celos pero después dejó que Mikey hiciera lo que le pareciera y si eso implicaba tener al ojiazul a su lado el lo aceptaria, pero una cosa muy diferente era llevarse bien con este, eso no lo haría aunque su rey se lo pidiera, cosa que no había sucedido y esperaba que no pasará porque tal vez su determinación se vería afectada.

Era cierto que Takemichi había cambiado, había dejado de ser el lloron adolescente, para ahora ser un altanero, un descuidado con sus acciones, sin duda era más atrevido e incluso había llegado a matar, no era seguido ni común pero su arma había sido disparada y no hubo ni un poco de duda en su mirada, eso le hizo a Sanzu tener escalofríos pero eso era algo que nunca iba a decir ni mucho menos admitir.

Cuando iban juntos a los encargos de bonten Takemichi era quien lo acompañaba, era realmente molesto pero aun asi lo aceptaba, aunque fuera él el que tuviera que hacer el trabajo sucio, pues Takemichi rara vez usaba su arma, una de las veces que él lo vio fue para salvarle el pellejo con una sonrisa altanera, eso le molesto pero admitía que era bueno con el arma, solamente que eso era rara vez ocurría, solo en caso necesarios o de vida o muerte.

Ahora por fin iban de regreso al penthouse de bonten.

****

— Takemichi has regresado — dijo Ran felizmente.

— ¿Me extrañaron? — dijo altaneramente — ¿Y Mikey?

— Sigue dormido — contestó Rindou.

Takemichi asintió y se recostó en el gran sillón que había en el sitio de estar, cruzó sus piernas, esperaría a que Mikey despertara para ver que almorzarian, el jamás comía sin Mikey pues si no lo hacían así el peliplata no comía.

— Oye Takemichi ¿quieres un dulce?

Takemichi al escuchar eso se levantó de inmediato y fue hasta Ran.

— ¿Qué tipo de dulce? bueno no importa, ¡me encantan los dulces!

Ran sonrió de lado y le mostró la pequeña caja, era una caja muy bonita hecha de porcelana con algunos detalles en color morado, parecía antigua y costosa para ser una simple dulcera pero aun así Takemichi no indago más, solo quería el dulce que le habían ofrecido.

¡Bonten a cargo! (Mitake/Maitake)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora