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La búsqueda
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— Perdón por interrumpir el momento, pero ¿Podrías por favor tomar a estos dos también? – dijo Yuugo tomando por los hombros a Zack y a Violeta – ya tenemos muchos que se quedan aquí.
Argumentaba esto con que era más fácil hacer guardia con cuatro personas, y que serían de mucha ayuda.
— Estás preocupado por ellos – comentó ____ a lo que Yuugo se sonrojo y empezó a sudar en frío – y no lo quieres admitir.
Soltó una carcajada sonora, a lo que algunos también rieron.
— Ellos estarán bien Yuugo – ok, eso se lo decía Gillian de forma burlona, hieriendo más el orgullo del adulto.
— Zack, Violeta ¿A ustedes le gustaría venir con nosotros? – pregunto Emma, quien recibió una respuesta positiva frente a su inquietud.
Bueno, unos días después de esto, los únicos tres adultos en ese refugio estaban en la habitación secreta.
Yuugo les decía que Zack era bueno en medicina y que Violeta tenía una excelente vista en la oscuridad, esperando que fuera suficiente para que estuvieran bien.
— Pensaba que la mamá aquí era _____, pero ¿Siempre fuiste tan mamá gallina? – se burlaba Lucas del comportamiento del contrario.
A todo esto _____ se estaba riendo, y podíamos ver otra vez el semblante avergonzado de Yuugo ante las palabras de su mejor amigo.
— ¡No soy mamá gallina! – les reprochaba con un pequeño sonrojó en su rostro.
— Si si... Y yo tengo dos manos – le decía burlonamente con gracia Lucas.
Un chiste cruel de su parte, lo entendió al ver los rostros serios de ____ y Yuugo.
— Oigan... No me miren así – les decía un nervioso Lucas – lo decía de broma
— Pues que bromas más horribles haces – soltó en un bufido Yuugo, mirándolo con el ceño fruncido.
Lucas no sabía que hacer, pensó que el ambiente se había vuelto tenso por aquel comentario.
