Desalmado.

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Michael se había quedado dormido mientras veía la telenovela, vio la hora y se exaltó, llegaría tarde a su trabajo, así que dejó tiradas las palomitas y fue lo más rápido que se podía dentro de lo que cabía.

Pues no tenía auto, así que tampoco podía apurar al tránsito.

Pasó una noche entera dentro de Baby, fue lo peor que le había pasado en el trabajo desde hacía tanto tiempo, pero eso no le impidió ver su telenovela cuando llegó cansado a casa.

-Vlad, eres un chupa vidas! Apestas! Acepta que es tu hijo!

-Espera, ¿eso fue una broma de vampiros? Ha! Como si no la hubiera oído un millón de veces.

-¿Sabes qué? Me quedaré con el auto!

-Ha! Como si pudieras, es de alquiler.

-¿¡Pues sabes que?! Incendie la casa!

El día que nació su hermanito, fue el peor de su vida, pero a la vez, también uno de los mejores, porque nunca había visto algo así, tuvo muchos sentimientos encontrados cuando lo tomó en brazos.

Su primer instinto era ahorcarlo, pero otro instinto le obligaba a desear protegerlo y cuidarlo bajo cualquier motivo.

No entendía esos sentimientos, pero aún así, lo tomó en brazos y se aferró a él como a un peluche.

Intentaría asegurarse de que no pasará lo que el ha estado pasando todos estos años, no sabía como lo lograría, pero intentaría.

Pasaron años y para cuando su hermanita tenía apenas tres añitos cumplidos y su hermano cinco, supieron que su madre había perdido la custodia de los tres, ese día fue caótico, a pesar de que la mujer tenía una ley de restricción, aun asi interrumpía en la casa y terminaba armando un escándalo.

Y el se encerró con sus hermanos en una habitación.

En el fondo, sabía que su mamá no tenía la culpa, estaba seguro de que su papá la había terminado de volver loca, si es que ella ya lo estaba desde antes.

Todos los gritos y alborotos terminaron cuando llegó su tío Henry a la casa, parando la discusión y llevándose a su madre a la habitación de al lado para hablar.

Pego su oído a el muro, para poder escuchar la conversación, lo mismo hicieron sus hermanitos, aun que posiblemente no entenderían nada, solo lo estaban imitando y soltaban pequeñas risas porque pensaban que estaban haciendo una travesura.

-Él es un insensible, Henry, ya no se que hacer, yo amo a mis pequeños y me los arrebato a todos! Como voy a vivir sin mis niños?! Ya no podré cantarles canciones de cuna... ya no podré levantarme todas las mañanas a hacerle el desayuno a William como acostumbraba...

-Lo sé, lo sé, pero tienes que mantener la calma, si sigues así no podrás ver a ninguno de los tres nunca más, la ley está del lado de William en estos momentos con las pruebas que dio que no estas capacitada para ser madre...

-Lo odio! Pero lo amo tanto... se que también me ama a mi, ¿cierto?

-No sabía que estabas tan ciega... ¿Acaso no lo entiendes, no lo ves día a día?, Bill a lo único que se dedica es a consumir la vida de los demás y sabes eso, te llevo hasta este punto porque lo único que sabe hacer el es... alimentarse de ti, de tu dolor, como un vampiro, lo mejor que te pudo haber pasado fue el divorcio.

Escucho como su madre comenzó a llorar desconsoladamente y se imaginaba que su tío como siempre, la consolaba.

-¿Porqué Henry? ¿Porqué sigues a su lado? Eres un hombre tan decente, eres una bella persona... ¿como puedes estar con alguien que llamas desalmado? ¿Como puede ser él tu mejor amigo?

-No lo sé... no sé.

Después de que escuchó el y sus hermanos esa conversación entre adultos, a los pocos días su mamá se suicidó.

Su papá en el funeral no soltó ni una lágrima, incluso, podía decir por su mirada, que parecía casi complacido.

Michael ese día estuvo consolando a sus hermanitos y les tuvo que explicar que no se volvía de la muerte.

Pero en un intento de consuelo, les dijo que mamá los estaría cuidando a los tres desde el cielo.

Incluso si pensaba que no existía ningún cielo o ser superior...

Tuvo que hacer lo que su padre no estaba haciendo, su rol de padre ahora lo hacía él.

Apenas entrando en su pre adolescencia...

Despertó acelerado, como si hubiese tenido una pesadilla y en la pantalla ya no estaba la teleserie, solo se veían unas bailarinas danzando con delicadeza en un escenario oscuro.

Apagó el televisor.

Mañana seria otro día.

Memories [William A. x Henry E.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora