♡̷̷.capitulo 3

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El castaño despertó desubicado con un dolor de cabeza fuerte y la garganta seca. Se sentó en la cama y sintió unas ganas de vomitar. Se alarmó al no encontrarse en su habitación, miró a su alrededor encontrándose con una mata de rizos y no pudo evitar gritar empujando a la persona que estaba al lado de él ocasionando que este cayera al suelo. Diablos, se desesperó al no encontrarse en casa.

—¡Ah mierda!—exclamó Changbin sobándose el cuello. Felix abrió sus ojos y su pulso se elevó.

—¡Changbin!—gritó—. Mierda joder tápate— habló con sorpresa y vergüenza al ver a Changbin totalmente desnudo.

El rizado tomó su bóxer y se los puso. Mierda que había hecho con Felix. Estaba completamente en shock. Al ver que Felix claramente no traía nada debajo de las frazadas y que él al despertar estaba desnudo, sabía con certeza lo que había ocurrido. Miró a Felix quien tenía la cara tapada con sus manos. Con temor se sentó a lado de Felix, sentía que en cualquier momento iba a explotar, claramente odiaba a Changbin. Felix levantó su mirada y se encontró con la de Changbin. Se le oprimió el pecho de ver las lágrimas en los ojos de Felix.

—¿Qué hicimos?—susurró con temor. Changbin suspiró y lo miró no queriendo decirlo en voz alta.

—Tu cara lo dice todo.—Se tomó de los cabellos—Joder, me duele la cabeza y el trasero.

Changbin largó una carcajada y Felix lo golpeó. Sonrió al ver que Felix ya no lloraba.

—Me duele la puta cabeza—se quejó Changbin mirando la hora de su teléfono.

—Te aprovechaste de mí—informó Felix. Changbin se alarmó al escuchar eso.

—¡No! no me acuerdo de nada—dijo un poco enojado ante la acusación del castaño.

—Yo tampoco.

—¿Por qué no lo repetimos?—dijo seductoramente él rizado a la vez que se subía sobre Felix.

—Changbin, aléjate.—Rio por las cosquillas que los besos de Changbin le dejaba en su mandíbula—.Aléjate, imbecil.

Empujó a Changbin y se empezó a vestir, no le importaba estar desnudo enfrente de Changbin, solo se quería ir antes de que se volviera incómodo. Por favor, Changbin era su enemigo, la persona que no molestaba por años.

—No recuerdo lo que ocurrió, pero no volverá a ocurrir—comentó Felix, ya completamente vestido, tomando su teléfono y billetera.

—No me importa, Felix, puedo follarme a cualquier chica.—Eso fue lo último que escuchó Felix antes de salir de la habitación.

Salió del edificio y apoyó su frente en la fría pared, luego se golpeó la cabeza contra la pared. Algunas personas lo volteaban a ver con cierta curiosidad y asombro.

—¿Qué hiciste Felix?—se repetia.

Cuando llegó a casa su madre lo recibió en brazos con fuerza. Miró sobre el hombro de su madre encontrándose con Jisung.

—¿Dónde estabas? Estaba muy preocupada por ti, mi niño. Llamé a todos tus amigos y no sabían de ti, no me dijiste nada. Casi llamo a la Policía —abrazo fuerte a Felix.

—Me quedé dormido en casa de un amigo lo siento—se disculpó y se soltó del abrazó.

—Felix, estábamos preocupados por ti. Mina me llamó y vine tan rápido. —Se sentó a lado de Felix.—Te había estado buscando por toda la fiesta, pero unos amigos que me detuvieron.

—No deberías tomar mucho alcohol, cariño—dijo Mina preocupada.

—Ya estoy grandecito, sé lo que hago.— Claramente no, te acostaste con Changbin al que odias. Se reprendió el mismo.

—Lo sé, sólo avísame la próxima vez- comentó Mina.—Te haré un sándwich y te traeré un vaso de agua.

Suspiró cuando su madre se fue a la cocina.

—Hyunjin, me dijo que te vio salir con un chico—comentó Jisung. Felix abrió los ojos alarmado.

—No sé de qué hablas—habló nervioso esquivando la mirada de Jisung.

—¿Fuiste a tener sexo? ¿con quién?— preguntó Jisung con las cejas alzadas. Felix frunció el ceño.

—No fui a follar—dijo nervioso.

—Claro, hasta aquí huelo el olor a semen—dijo divertido, pero se borró su sonrisa al ver la cara de Felix.

—Ni me lo recuerdes.

—¿Por qué? ¿No era bueno en la cama? ¿O la tenía Chiquita?—preguntó. Se sorprendió al saber que Felix tuvo sexo con algún extraño, no era de los chicos que salen a fiestas y se acuesta con cualquier persona, el castaño prefería mil veces quedarse en casa leyendo algún libro o viendo una película.

—No es eso—dijo Felix.

—No se te paro.—Empezó a reír. Felix empujó a Jisung siempre sabía cómo subirle el ánimo.

—No quiero hablar de eso.—Rio—Me iré a bañar

Se paró para luego subir las escaleras

—No te vayas, haremos maratón de películas.

Una llegada Inesperada 𖥔 Changlix Donde viven las historias. Descúbrelo ahora