Habían pasado cinco días y Mitsuki no aparecía por ninguna parte del pueblo. Nadie sabía qué fue de él ni por qué hubo desaparecido así. Gaara en verdad lo extrañaba más de lo que llegó a pensar.
Durante esos días padeció de horribles pesadillas, donde aparecía aquel tritón dorado que siempre intentaba ahogarlo, tras sumergirlo en la bañera a veces y en la pileta de la cocina otras veces.
Cuando sus pulmones estaban a punto de reventar y su desesperación lo conducía al borde de la locura, recién desperaba bañado en sudor, respirando entrecortado.
Al punto que la noche anterior se negó a dormir, pero el cansancio lo venció quedando dormido a mitad de la noche. La pesadilla de esa noche lo desesperó, debido a que empezaba a sentirse atraído por ese tritón dorado que deseaba matarlo.
Intentó dialogar con él, pero el rubio así como era tan hermoso y deseable, se mostraba en extremo peligroso y letal.
Ahora Gaara estaba en el trabajo algo distraído, debido a lo que sucedía. El único amigo que había logrado conseguir, ahora desaparecía sin razón. Y encima lo asaltaba la misma pesadilla.
Pero nada lo había preparado para la sorpresa que se llevó esa mañana al ver entrar a la pulpería a su hermano. De la sorpresa se le cayó la bandeja sobresaltando a quienes se encontraban allí.
- Kankou....¿qué haces aquí?
Pero el jóven lo miró con superioridad y burla. Sonrió con maldad.
- ¿Acaso debo pedirte permiso para venir Gaara? ¿Desde cuándo eres el dueño del pueblo hermanito?Gaara cerró los ojos con pesar, ya que no imaginaba que sus odiosos hermanos fueran a ese pueblo. Nada bueno auguraba la llegada de Kankou. El pelirojo se limitó a limpiar la bandeja en silencio tratándo de ignorarlo.
Pero Kankou se sentó en una de las mesas y exclamó a viva voz:
- ¿Acaso nadie atiende en éste lugar? Que decepción.Gaara apretó los labios con fueria, mientras la dueña de la pulpería le reclamaba por la queja del cliente. Gaara suspiró resigmado y se acercó a su hermano.
-¿Qué te puedo servir?
- ¿Así que tú trabajas aquí? En ese caso, no debe ser muy bueno el servicio. En fin, traeme una cerveza Gaara, sabes hacer eso ¿cierto? Porque nadie te conoce mejor que yo, y puedo afirmar que eres un inútil total.Sin responder nada, el pelirojo se alejó a preparar el pedido. Uno de los clientes del lugar, se sentó junto a Kankou y le dió charla. El hermano de Gaara empezó a defenestrar su imágen, hablando mal de su hermano menor.
Gaara tuvo que soportar cómo su hermano iba destruyendo su imágen, que tanto se ocupó en crear. Cuando se dispuso a irse, Kankou dijo a su hermano.
- Me voy a casa, ya que no permitiré que te adueñes de todo como siempre te ha gustado hacer.
Cuando se fue, Gaara respiró aliviado pero inmediatamente fue conciente de las miradas frías y desaprobadoras de los demás, salvo de la dueña del lugar.
Gaara volvía a padecer lo que siempre sufrió. La injustucia y la difamación. Ésto lo obligó a cerrarse una vez más en él mismo, siendo forzado a aislarse de nuevo.
Los clientes del lugar dejaban de hablarle, de sonreirle para empezar a murmurar sobre su persona. Cuando acabó su turno, pensaba si valía la pena seguir trabajando en la pulpería.
Al llegar a casa vió que Kankou se estaba instalando allí.
- ¿Desde cuándo te interesa vivir en un pueblo Kankou?- Desde que decidiste apropiarte de ésta casa, cuando nos pertenece a todos.
-¿Hasta cuándo seguirán intentando destruirme? Recién en la pulpería mentiste en todo.
- Y me creyeron todo ¿cierto? ¿Hasta cuándo preguntas? Hasta que entiendas que no mereces ser felíz.
Gaara suspiró y se fue a la cocina cuando su hermano le dió la noticia.
- Papá murió, un accidente de auto.
-¿Qué?- Vamos Gaara ¿a qué viene esa cara? Ambos sabemos que lo odiaste siempre, de hecho nos odias a todos.
- No es así, quienes me odiaron siempre, fueron ustedes.
-En cuanto a ésta pocilga que llamas casa, Temari y yo decidimos venderla.-¿Qué? No pueden hacer eso, aquí es donde ahora vivo.
-¿Cuándo dijimos que eso me importa Gaara?- Podrían seguir con sus vidas, Temari y tú mientras yo permanezco aquí. Lejos de ustedes.
-¿Por qué haríamos eso, cuando sabemos que te haría felíz? - Kankou sonrió burlistamente - Toma tus cosas Gaara y vete, de ser posible esta noche misma. Mañana vienen a verla quienes piensan comprarla.
Gaara corrió a la habitación donde sus abuelos guardaron sus recuerdos. No quería perder nada de eso. Luego haría sus valijas y se iría al hotel del pueblo. Al menos de momento.
Kankou reía como loco, sabiendo el dolor que le hubo causado a su hermano menor. Antes de irse, se ocuparía de lograr que todos en ese mugroso pueblo lo odien. Luego sí, se iría para siempre.
Gaara encontró diarios íntimos de su abuela y un antepasado desconocido. Luego encontró un pequeño retrato que debía ser restaurado. No se veía quién era aquel que estaba retratado.
Decidió llevarselo todo con él, así preparó sus valijas y pasada la medianoche se fue de la casa donde vivieron sus queridos abuelos. La mirada triunfante de su hermano, lo desvastaba por dentro.
Mientras caminaba por las oscuras y desoladas calles del pueblo, pensba en Mitsuki y en lo mucho que lo necesitaba en esos momentos. Llegó al hotel y se registró por un mes.
Él era el único cliente del hotel, pero la dueña no lo recibió con la sonrisa que solía llevar cada vez que lo veía, antes de la llegada de su hermano. Ahora se mostró dura y fría.
Sin fuerzas de nada, Gaara tomó las llaves de su habitación y se retiró. Cuando estuvo solo y lejos de miradas y oídos ajenos, se desplomó a la cama a llorar.
¿Qué pesadilla era peor? ¿La del hermoso tritón dorado que noche a noche quería ahogarlo? ¿O la de sus hermanos apareciendo nuevamente para arruinarle la vida?
Mitsuki ¿dónde estás amigo?
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Oscura Obseción ~ GaaNaru ~ GaaMitsu ~
RomanceLos deseos de las criaturas del océano resultan ser el peor de los tormentos para algunos humanos. Gaara es un jóven cuya vida siempre fue dura. Despreciado por su propia familia, busca sobrevivir valiendose por sí mismo. Las apariencias suelen enga...