❇ Capítulo tres ❇

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❇ Dánae Miller ❇

Los amigos de Papá y Mamá notaron que soy diferente a mis hermanos, ellos también me recordaron lo gorda y fea que soy, haciéndome recordar aquella imagen que vi hace dos años en la escuela.

Después de dos años de comer ensaladas, estar en todo tipo de dietas y hacer ejercicio con mi hermana, mis padres siguen diciendo que estoy gorda, este año inician los maratones de los que tanto he oído hablar estos dos meses, Mica se encargó de inscribirnos, los maratones son a principios de Marzo, estaríamos visitando tres estados de América.

Will contó que el tercer estado sería california, así que llegaríamos para el cumpleaños de la abuela Jane. Todos los años nos reunimos para hacerle un gran festejo y este año no sería la excepción, Papá alquiló una casa rodante, en este transporte viviríamos los próximos veinte días.

Desde muy temprano Madre ha dicho que empaquemos la ropa deportiva, ropa cómoda, pijamas y la ropa que usaríamos para el cumpleaños de mi Abuelita Jane. Así que todos estamos con las prisas, empacando todo tipo de ropa y zapatos,  Un claxon nos sorprende, miro por la ventana a papá quien está ya con la casa rodante.

Salimos todos de casa para subir a la que será nuestra nueva casa, una vez dentro del transporte papá nos asigna lugares a cada uno, ahí estaríamos la mayoría del tiempo, por suerte a mi me tocó un lugar con ventanilla, al menos el viaje será agradable.

Como yo no tengo celular, me ha tocado traer un libro con acertijos y juegos para hacer, saco los colores de mi mochila para comenzar a entretenerme. La tarde y noche llegaron rápidamente, mis hermanos y yo nos quedamos dormidos, el movimiento de la casa rodante nos arrullaba, provocándonos sueño.

Al día siguiente estuve mucho tiempo con el libro cuando mi vista comenzó a admirar el hermoso paisaje. Montañas y bosques junto al amanecer nos rodeaban, mi emoción fue evidente hasta para mis Padres.

—Es increíble la vista, cierto Dánae. —enunció Papá.

—El mas bello que haya visto Papi. —opiné con mucha felicidad.

—Este lugar así de bello como lo vez, es un excelente lugar para practicar deportes como; escalar rocas, senderismo, ciclismo, incluso puedes practicar esquí acuático. ¿No te parece genial?. — comentó Papá.

—El lugar sigue siendo hermoso, te hace desear volar como un pájaro. —lo último lo dije solo para mi, no quería una reprimenda por decir ese tipo de comentarios.

Pasaron escasos 35 minutos para que llegáramos a un lugar lleno de vida, había carteles coloridos y gente disfrutando de la buena música. Nosotros llegamos hasta donde había una carpa, ahí Papá estacionó la casa rodante, después todos bajamos, estiramos brazos y piernas, sin duda el viaje nos hizo rígidos.

Al estar todos reunidos y comenzando a mezclarnos con la demás masa de gente, fuimos a desayunar, la cena de ayer solo fue una barrita nutritiva con un yogurt natural, caminamos hasta una especie de cafetería, cada quién pidió lo que sus tripitas quisieron. Trajeron la comida, comenzamos a degustarle, era lo mejor que pude haber comido en este viaje, siendo sincera la barrita no me agradó.

El silencio abundó por unos minutos, hasta que Papá decidió hablar primero, nos informó que pasearíamos por la feria un par de horas, después regresaríamos a bañarnos y cambiarnos para asistir a la gran inauguración del primer maratón. Mamá explicó que nosotros seríamos la familia encargada de cerrar los maratones, así que tendríamos que estar más primero en California.

Ambos platicaban sobre los uniformes que usaríamos, serían los rosas en Idaho, para Nevada son los azules, dejando los de color verde para California, aquí sería donde nuestra familia cerraría los maratones.

D  Á  N  A   E  ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora