La niñez difícil

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Pasaron dos años y medio y tu papá volvió, como lo había prometido, pero esta vez para quedarse para siempre. Así que apenas llegó nos hicimos novios y empezamos a salir, hasta que un día tu papá quedó en recogerme dentro de dos horas para ir algún restaurante sorpresa, yo estaba realmente emocionada y muy nerviosa, no sabía cómo vestirme, ya que no frecuentaba esos lugares, yo siempre había sido una mujer que le encantaba la comida rápida, nada de comidas lujosas mi paladar era muy sencillo.

 Así que mi opción fue ir donde mi vecina para ver que me podía prestar, ella era 10 años mayor, pero era de mi talla, así que compartimos ropa cuando ocupamos, la diferencia entre ambas era que ella vestía muy elegante, en cambio, tu mamá vestía más humilde, pero a pesar de esas diferencias siempre nos necesitábamos de una a la otra. 

Toqué la puerta de su casa; - ¡UPE! – grité. Vi como se abría la puerta, pero no había nadie, hasta que miré hacia abajo y vi un niño pelirrojo que sonreía y me estiraba los brazos para que lo alzara. 

-Ojalá -me dijo dando pequeños brincos.

-Pero ¿Cómo está? El hombre más guapo de la casa. - Dije agachándome para darle un beso en su enorme cachete.

-Bien tía uno. - Me dijo con su tierna voz. Siempre que los llegaba a visitar, pasaba horas jugando con el pequeño pelirrojo, yo le había puesto pek por pequeño y estaba lleno de pecas y él me decía tía uno, ya que su tía dos era la hermana de mi vecina, él decía que me amaba más a mí por eso el número uno. Sabes mi amor, ahora que lo pienso ese pequeño niño se parecía a ti cuando eras bebé, solo que sin pecas.

-Lo siento, estaba limpiando la casa. - Me dijo bajando las gradas.

-Tranquila no hay problema.

-No, pero sí que tienes un gran problema, lo noto en esa mirada, no sabes qué ponerte verdad. -me dijo.

-¿Cómo supiste? - Le dije con una expresión de asombro en mi cara.

-Lo sé, conozco ese rostro, siempre la tienes cuando te preocupas por cosas como esas y sabes que siempre tengo la solución para ti, así que ven conmigo.

-Eres la mejor -dije emocionada.

-Lo sé, amiga-me miró guiñándome un ojo.  

Mi tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora