Los primeros años

153 4 0
                                    

Hola mi amor, la hija hermosa de mamá, hoy te escribo en esta carta que compré especialmente para ti para que cuando crezcas tu padre te lo pueda leer y conozcas un poquito de tu mamá que te ama mucho y siempre te amará y para contarte un poco de mi vida y de cómo llenaste de luz a nuestra vida.

Me acuerdo un día mi amor, como olvidarlo, estábamos apenas en la secundaria nuestro último año, yo le gustaba a tu papá desde hace muchos años, pero yo nunca lo había tomado en serio siempre me fijaba en otros chicos, lo veía como el típico mejor amigo que se le puede confiar de todo tipo de secretos sin saber que por cada experiencia amorosa que le contaba le estaba partiendo el corazón a tu pobre padre, ahora que lo pienso es muy triste, ay pobre de tu papá, pero él tenía la culpa nunca me lo dijo y yo pensé que solo me consideraba como una amiga o hasta una hermana, esa hermana que nunca tuvo.

Ese día era nuestro último día de clases y yo estaba muy cansada, tu papá siempre me había llevado hasta mi casa y luego se devolvía para la suya, le quedaba bastante largo pero siempre íbamos felices charlando por todo el camino, pero ese día fue diferente, no estaba sonriendo, yo me preocupé y le pregunté que si algo andaba mal.

-no, no lo estoy, Miranda- me dijo.

-¿Por qué?- dije sorprendida.

- me tengo que ir, para el extranjero

-¿En serio?, qué bien Felipe- dije emocionada

.-¿No lo entiendes Miranda?- dijo frustrado. Yo muy sorprendida, no supe qué decir y continuó hablando. -Hace años que te quería decir esto, pero nunca he tenido el valor de decírtelo- Te amo y te he amado por muchos años.

Yo tragué saliva, sentí como mi corazón palpitaba a mil por hora, yo siempre lo había visto como una persona inalcanzable, en muy adentro de mi corazón también lo amaba, también me gustaba, pero salía con otros chicos resignados o para engañar mi corazón que con Felipe nunca iba a suceder nada, de verdad que tu papá nunca supo cómo coquetearme, nunca me imaginé que le gustaba así que me tomó por sorpresa.

- Estás hablando en serio Felipe.

-Sí, te amo y perdón por ser un cobarde y nunca decírtelo antes- dijo arrepentido.

- tranquilo Felipe.

-Miranda, ¿tú también me amas? -preguntó él con voz temblorosa.

¿Amor?, ¿Eso era amor? Lo que sentía por largos años e ignoraba por mi propio bien, era ¿amor? Será que es eso lo que siento por él, no lo sé, no se lo que se siente el verdadero amor, pero si sabía que eso que estaba sintiendo era un sentimiento muy fuerte que llevaba años reprimido.

Te voy a decir un secretito porque eres mi hija hermosa, pero muchas veces yo a tu padre le decía cosas acerca de otros chicos con el objetivo que se sintiera celoso, pero nada, mi amor, nada nunca mostraba celos, simplemente me sonreía y me deseaba mucha suerte por eso es que siempre lo tomé como un típico mejor amigo. Así que dije que sí, casi sin pensarlo.

-Oh Mirada- me dijo y sus ojos brillaron, me tomó del brazo, me dio un cálido y suave beso en los labios.

Nos separamos y me miró a los ojos.

-Miranda- me dijo-. Siempre me imaginé crecer juntos, conociendo diferentes lugares, nunca separarnos, pero la realidad es otra, y me tengo que ir a estudiar al extranjero, lamentablemente está claro que la distancia que nos separa hace que estas ideas mías sean imposibles de hacer realidad.

-Yo lo sé- dije apenas en un susurro.

-Perdón por no habértelo dicho desde antes que te amo, pero cada vez que lo intentaba me llenaba de terror el hecho que fuéramos novios y tenernos que separar cuando llegara este día.

-Pero Felipe- dije confundida-. ¿Entonces porque siempre me lo estás diciendo?.

-Por qué, de esta manera iba a hacer menos doloroso, y se iban a crear más ilusiones que sé que al final solo quedarían en eso, ilusiones, de verdad Miranda, hubiera deseado que no tuviera que ir a estudiar al extranjero y que los kilómetros no fuesen un obstáculo, Te amo de verdad Miranda, aunque esto parece una despedida no lo es, yo esperaré por ti.

-Ay Felipe- y eché a llorar-. No puede ser y me encogí de hombros.

-No llores.- me dijo-. Sabes que siempre estaré en tu corazón y volveré y nos casaremos y viviremos una vida feliz.

-¿De verdad?-. Dije emocionada

-Si, te lo prometo-. Acercando sus manos a mis ojos para quitarme las lágrimas de mis mejillas.

Nos separamos y me miró a los ojos.

-Miranda- me dijo-. Siempre me imaginé crecer juntos, conociendo diferentes lugares, nunca separarnos, pero la realidad es otra, y me tengo que ir a estudiar al extranjero, lamentablemente está claro que la distancia que nos separa hace que estas ideas mías sean imposibles de hacer realidad.

-Yo lo sé- dije apenas en un susurro.

-Perdón por no habértelo dicho desde antes que te amo, pero cada vez que lo intentaba me llenaba de terror el hecho que fuéramos novios y tenernos que separar cuando llegara este día.

-Pero Felipe- dije confundida-. ¿Entonces porque siempre me lo estás diciendo?.

-Por qué, de esta manera iba a hacer menos doloroso, y se iban a crear más ilusiones que sé que al final solo quedarían en eso, ilusiones, de verdad Miranda, hubiera deseado que no tuviera que ir a estudiar al extranjero y que los kilómetros no fuesen un obstáculo, Te amo de verdad Miranda, aunque esto parece una despedida no lo es, yo esperaré por ti.

-Ay Felipe- y eché a llorar-. No puede ser y me encogí de hombros.

-No llores.- me dijo-. Sabes que siempre estaré en tu corazón y volveré y nos casaremos y viviremos una vida feliz.

-¿De verdad?-. Dije emocionada

-Sí, te lo prometo-. Acercando sus manos a mis ojos para quitarme las lágrimas de mis mejillas.

Mi tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora