La adolescencia y los quince años

74 3 0
                                    

Me miraba en el espejo analizando el vestido, era de color negro con perlas alrededor de mi cuello, el vestido me llagaba hasta la rodilla, era muy elegante. Si lo hubieras visto estaría segura de que te encantaría.

-Pero qué lindo vestido, estoy sorprendido al ver algo lindo salir de ese closet, ah no, pero no es tuyo. - exclamó, con una sonrisa de burla.

-Ya cállate. -grité.

-Lo siento, pero es verdad, hermana, tienes muy mal gusto. -Sí, como tus chistes. -alcance a decir con una carcajada.

-Al menos tengo buen gusto para vestir. -cerrando la puerta tras de él. - Me pregunto cuándo será el día en la que iba a madurar. Tu tío está bien loco mi amor.

Escuché el timbre de la casa, miré el reloj y ya habían pasado las dos horas exactas, qué rápido pasa el tiempo. -pensé.

-Oh, qué belleza de novia me tengo.-Mirándome de arriba abajo. - Me dijo tu papá

-Ay gracias. -dije, ofreciéndole una sonrisa cálida

-Vamos preciosa que llegaremos tarde, pero primero ponte esta bufanda, ahora que venía de camino me estaba muriendo de frío- exclamó entrelazando mi mano junto a la de él.

Íbamos platicando durante el viaje, mientras miraba la bufanda que me había regalado, miré sus detalles y te contaré un secreto, pero no le cuentes a papá... Estaba un poco deshilachada y en unas partes estaba más cortas que otras, no me encajaba bien con el vestido que andaba, pero no podía decirle que no me había gustado, que estaba realmente horrible, así que tuve que fingir que me gustaba para que tu papá estuviera orgulloso de algo que había hecho, no soy tan mala verdad ja, ja, ja. Tardamos una hora en llegar al lugar, era precioso, tenía un gran mirador y se veía la ciudad entera, desde ese lugar quedé fascinada.

-¿Te gusta? - me preguntó con un cierto temor en su rostro.

-Amor me encanta, es increíble.

-No sabes lo que me alegro- dijo relajándose.

-Si amor se te nota -dije soltando una carcajada. Tu papá siempre le gustó frecuentar ese tipo de lugares y a mí también, lo disfrutábamos mucho.

Mi tesoroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora