Capítulo 5

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Aún era de noche, podría pasearme por las calles sin ser visto. Al parecer ya era demasiado noche por lo que no había gente y la mayoría dormía en sus hogares, así que quién estuviese fuera sería comida y así fue como drené a un par de amantes supongo, los dejé allí en dónde los encontré pero me sentí mal por ellos ahora que sabía cómo se ponían. -Lo siento mucho, necesitabamos comer-. La sangre la puse en frascos pero...

-¡Vampiro!-. Alguien me vió y mientras guardaba la sangre llamó a más gente. -¡Atrapénlo!-. Tomé los frascos con sangre y comencé a correr, era mucho más rápido que ellos pero no podía volar con el peso de los frascos ahora.

¿El rey habrá mandado a cazarnos? ¿Habrá dicho algo de lo que vió? Les llevaba ventaja pero para salir del rey estaba lejos, debía buscar donde esconderme pero si me atrapaban iba a ser el fin.

-¡Disparen!-. Las flechas me pasaban a los costados pero no podía esquivar tantas a la vez, salté para trepar un muro alto y luego ir al techo, allí nunca podrían subir y atraparme, debía arreglarmelas para cargar los tres frascos volando. -Lo que no entienden es que sí no nos alimentamos pronto, en vez de que ustedes me quieran matar, me van a suplicar vivir-. Até todos a mi cinturón y salté del techo para transformarme y huir pero bueno... con la altura que llevaba pude ver el castillo en un rincón y bueno quise ver qué había allí adentro por una ventana. -Es enorme, de lejos sé ve más pequeño-. Volé hasta una de las ventanas más altas y allí estuve viendo el pasillo alfombrado, candelabros brillantes, pinturas y a los guardias que custodiaban cada puerta de allí. -Espero no quieras atacarnos, nosotros no hemos hecho nada-. Volví hacia el bosque antes de que me vieran, si bien era de la realeza, los pocos que sobrevivieron construyeron el pueblo donde ahora vivimos, algo muy básico y agradable pero las mansiones, joyas y todo lo demás quedó atrás, siempre quise entrar al castillo, los vitrales a la luz del sol eran hermosos, tenían un jardín precioso y siempre huele a... Él

Una vez perdí de vista el reino volví a mi forma humana para caminar en dirección al pueblo de los vampiros para repartir la sangre pero sentía que me seguían por lo que volví a volar para llegar porque como dije al pueblo de los vampiros no puedes llegar caminando del todo.

-¡El joven Oh, volvió y trajo comida!-. Primero alimentar a los que estaban en estado salvaje, luego a los niños y así porque ancianos no había por eso de la inmortalidad que aveces era un poco triste también por eso estar con otras especies era prohibido, después de que mueran también podemos morir de tristeza y soledad como cualquier otro. -Joven, está herido-. Miré y la manga de mi camisa se había roto, a lo cual dejaba ver mi brazo que había sido alcanzado con una flecha.

-Oh, estaré bien, ustedes deben comer-. Dejé que repartieran y entré a mi hogar para checar si tenía alguna herida más en el cuerpo. 

Por suerte las flechas solamente me pasaron y una que otra me hizo un leve corte pero no era nada de que preocuparse, el pueblo estará tranquilo un par de semanas y después volveré a buscar sangre porque bueno... reinos más cercanos no hay, además de que están muy lejos. -Fue un día estresante, pero estoy en casa para poderme relajar-. Llené la bañera con agua caliente, quité mi ropa y me metí, mis heridas van a cicatrizar y tal vez por fin acabaré ese libro que dejé a medias a no ser que me quede dormido. -Bueno, ahora que recuerdo... tienen un rey muy guapo, de sangre tan pura y dulce, voz grave y melodiosa-. Soñaba despierto poder volver a verlo o hablar con él pero él huyó de mi cuando tuvo la oportunidad, claramente nunca volveré a hablar con él, por qué al igual que todos los humanos, ante ellos soy un monstruo, un demonio, una bestia que come sangre.

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- Rey, ha llegado la princesa para ocupar su puesto mientras que está en el examen mental-.

Me dijo uno de los hombres que eran del círculo que opinaba en el reino, para que todo fuera democrático. Enseguida me enojé y reprimí mis ganas de gritar.

— No la quiero ver aquí, sácala. Nadie ocupa mi pues más que yo, y lo sabes. ¿Osas desobedecer a tu rey, ah?—.

- Lo siento, pero ella llegó desde hace rato... y ordenó algunas cosas.

Me moví desesperado por querer safarme de esas cuerdas pero fue imposible.

— ¿Qué hizo? ¿Que hizo ella?—.

-Solo dió algunas órdenes de cazar cualquier monstruo o ser anormal en el bosque. Por su seguridad, Rey-.

— ¡¡No puede hacer eso!! Yo no ordené eso!!

Grité estando rojo del rostro. Pedí que me liberarán, y las personas que me tenían atado, iban a ser castigados. fui con la princesa y me paré frente a ella de forma brusca.

— ¡¡Este es mi reino!! No des órdenes en donde no te pertenece!! Tú y yo jamás seremos esposos, asi que fuera de mi castillo, ¡No puedes atacar al bosque de esa manera! ¡No puedes atacar el bosque! ¡¿Me oíste?! Si quieres llamar mi atención para que me case contigo, ¿adivina qué? Yo no me caso con interesadas que solo quieren un puesto en el poder—.

Ya mas tranquilo, me contenía poco a poco. No era posible que mi gente acatara sus órdenes a pesar, ¿Ellos no me sentían capaz de ser rey? Intranquilo, me dí la vuelta y caminé, ella no decía nada, solo bajaba la cabeza culpable. Caminaba y sus pasos venían detrás de mí así que seguí hablando.

— No hay nada en el bosque, ¿Entiendes? Todos esos cuentos que dice la gente, solo tú los crees, así que ¡Fuera de mi reino, no te quiero aquí! Y estoy siendo gentil, porque yo mismo, ordenaría un castigo para tí, sea el cargo que tengas—.

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Somos una especie solitaria, es difícil acercarte a uno o estar seguro con uno porque bueno... nuestro instinto es comer o morir y siempre elegiremos comer pero hay casos dónde eligen morir a causarle un daño a las personas que más aman. –Soñar no cuesta nada pero si jamás volveré a escucharlo es mejor dejar de hacerlo-. Terminé mi baño y una vez vestido me senté en el tejado de mi casa viendo cómo todo volvía a la paz después de que tomarán un sorbo de la sangre de alguien inocente. –Prefiero matar a un par a qué todos ellos maten a todo el reino–. Eleve mi vuelo al bosque tal vez para cazar o simplemente divertirme con lo que encuentre pero mientras estaba en una ramita ví gente enojada, antorchas y muchas cruces o cosas así... en dirección a norte donde estaban los pueblos de vampiros y licántropos. –Me prometiste que no nos harías daño–. Susurré con tristeza pero volví al pueblo para que se escondieran por si lograban entrar. 

❦ 𝕻𝖆𝖈𝖙𝖔 𝖉𝖊 𝖘𝖆𝖓𝖌𝖗𝖊 ❦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora