Día 05: Dulce

518 59 8
                                    

O5-. El camino correcto

~• 🤍 •~

"Si tienes un plan previamente trazado, lograrás obtener resultados más favorables y rápidos a que cuando sólo eran ideas sin bases".

Si de entre las pocas cosas de las que Félix le podía agradecer a su ya fallecido padre, había sido ese consejo el cual, el en tiempo pasados le había servido para poder tener una mejor organización de cualquier tema que tratara, tanto en los estudios como en la misma cotidianidad en ciertas ocasiones, pero jamás imaginó que ese consejo lo fuera a usar para deshacerse de los sentimientos que tenía hacia la chica de la que estaba enamorado.

Le faltaban uno o dos tornillos, ¿Verdad?

Tampoco era que planearía meticulosamente cada paso que daría con tal de frenar el amor que tenía hacia Marinette, sino que se iba a guiar por medio de ideas sencillas que considerara correctas para solucionar sus problemas en el amor... sí, no importaba cómo lo dijera, todo sonaba extraño de cualquier modo.

De momento sabía que debía afrontar el miedo que todo conllevaba, solo que eso era un tema más íntimo que prefería tratar cuando no estuviese en presencia de la azabache, cosa que por los menos en esos momentos tendría que tomar en cuenta, ya que no le faltaba mucho para llegar al hogar de los Dupain-Cheng.

Después de dos días de insistencia logró convencer a Marinette de que le dejara la copia exclusiva de "Between Dark and Dawn" para poder leer la parte extra que contenía la misma. Le costó un poco porque, a palabras de la ojiazul, se divertía jugando con sus ansias de leerle el extra haciéndole creer que que se lo daría para después enredarlo con que no, y en menor causa, por haberle jalado una de sus coletas, solo que él se defendía diciendo que ella le había dado permiso de eso días atrás.

Y ya que como lo que le interesaba leer de la copia de Marinette era la parte extra, veinticuatro horas más tarde ya iba a regresarle el libro a la ojiazul.

Al llegar al sitio, entró por la Panadería para saludar a los padres de la chica, quienes al observar se encontraban algo ocupados pues había unos cuántos clientes esperando a ser atendidos en el lugar. Aún y a pesar de eso, ambos le regalaron una sonrisa al verlo llegar.

—¡Hola, Félix!—. Saludó el siempre alegre Tom, quién se encontraba metiendo una bandeja de macarons al honor. —¿Cómo estás muchacho?

—Hola señores Dupain—. Devolvió el saludo el ojiverde con cordialidad. —Estoy bien, ¿Y ustedes?

—Un poco ajetreados pero es cosa de la rutina—. Le respondió Sabine que estaba administrando la caja registradora. —Y hablando de ajetreo, Marinette está en el departamento haciendo un postre, ya conoces el camino.

Félix no dijo nada, sólo asintió mientras soltaba una risa suave; ya los padres de Marinette sabían que siempre que pasaba era para estar con su hijo por lo que ni hacía falta de preguntar, y eran muy pocas y raras las veces en las que él les compraba algo.

Así que sin perder mucho el tiempo siguió el camino rumbo al departamento de la familia y al ingresar, pudo ver casi de inmediato a Marinette ya que ésta se encontraba caminando de un lado a otro haciendo varias cosas a la vez y por ende, no notó su presencia. Era tanto el ajetreo que la azabache cargaba que en una de esa debido a su torpeza, acabó tropezándose con sus propios pies.

De no haber sido que Félix se encontraba allí en ese momento y que reaccionó rápido, Marinette hubiese caído de cara al suelo, pero el ojiverde evitó eso al interponerse en la caída de la chica y evitar posibles golpes, pero aún así debido al peso inesperado y a un mal cálculo en sus movimientos ambos acabaron por caer de rodillas al suelo.

Silencioso // FELINETTEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora