Capítulo 4:

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Aquella mañana Hyunjin se despertó hasta la tercera vez que su alarma sonó, pues el día anterior habían pasado unas cuantas cosas que lo habían dejado pensando hasta altas horas de la madrugada

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Aquella mañana Hyunjin se despertó hasta la tercera vez que su alarma sonó, pues el día anterior habían pasado unas cuantas cosas que lo habían dejado pensando hasta altas horas de la madrugada. Después tardó algunas otras horas más en ordenar sus pensamientos para poder plasmarlos en las hojas de su querido diario; puede que haya arrancado algunas, pues sus pensamientos estaban tan revueltos que las palabras habían sido escritas tan rápidamente, y no fue hasta después de que se puso a leer que se dio cuenta de que no tenían mucho sentía.

Así que gracias a que dejó su diario sobre la mesa, entre sus cuadernos de escuela, y que estaba apresurado por irse no se dio cuenta de que por error ese cuadernito que contenía sus mas profundos pensamientos y secretos había terminado dentro de su mochila.

Para su mala suerte, al salir de su habitación, se encontró con SooYoung en las escaleras. Verla le recordó la pelea que habían tenido ayer cuando llegó del trabajo, pues él había estado pasando una tarde tranquila, se había puesto a dibujar en la sala, y dejó su cuadernillo de dibujo abierto antes de ir a la cocina por un vaso de agua. Cuando regresó encontró a SooYoung con su cuaderno en manos, mirándolo con una expresión sorprendida y asqueada.

El corazón de Hyunjin se detuvo al verla, y por poco soltó el vaso de vidrio, pero se apresuro a dejarlo en la mesa antes de correr a ella. Mientras se acercaba pudo ver el dibujo que veía, se trataba claramente de un chico, de su bonito perfil, y parecía reír alegremente, tenía una mano en la nuca y la cabeza mirando hacia abajo, lo único que tenía color era un beanie de color vino.

—¿Me puedes explicar qué significa esto? —había exigido saber—. De saber que era esto lo que dibujarías jamás te hubiera comprado las cosas de arte.

SooYoung se había enojado tanto al verlo que intentó arrugar y arrancar las hojas, pero Hyunjin había sido más rápido y se lo había arrebatado de las manos sin preocuparse en ser ni un poco cuidadoso; mientras subía corriendo hacia su habitación la había escuchado gritar que ya era hora de dejar de jugar y de ser inmaduro, que debía de convertirse en un hombre de verdad.

No bajó a cenar cuando ella tocó a su puerta, antes se había asegurado de poner el cerrojo pues estaba seguro de que ella intentaría entrar, lo que ocurrió unos minutos después. Hyunjin había estado mirando su puerta fijamente cuando la escuchó decir:

—¿Así que este va a ser tu comportamiento? ¡Bien! No bajes a cenar! Muérete de hambre, entonces, me ahorrarías muchos problemas.

Después de eso Hyunjin había puesto música en su bocina e ignoró los golpes en su puerta y los gritos de SooYoung diciéndole que bajara el volumen, por lo tanto él le subió más, lo suficiente para que retumbara el vidrio de sus ventanas.

Al tenerla ahora de frente evitó mirarla mientras apretaba los puños al ver que se interpuso en su camino, pues era muy temprano para iniciar otra pelea, apenas iniciaba el día y no tenía las ganas ni la paciencia para lidiar con ella.

Ojos color tinta |Hyunlix| (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora