Capítulo 5:

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Apenas llegar del instituto se había asegurado de que SooYoung no estuviera en casa y corrió a encerrarse en su habitación

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Apenas llegar del instituto se había asegurado de que SooYoung no estuviera en casa y corrió a encerrarse en su habitación. Había querido escribir en su diario todo lo que le había ocurrido en el día, y se sentó con entusiasmo frente a su escritorio; mientras movía cosas, levantó varios cuadernos y libros, buscando específicamente uno de color negro, pero no lo encontró.

El mal presentimiento no había aparecido en seguida, aunque trató de no pensar en nada malo mientras buscaba con cuidado con la mirada por su habitación. Siempre estaba ordenada, además de que su diario sólo lo guardaba en un cajón del escritorio, uno que tenía llave, y sin embargo no estaba ahí.

Se quedó bastantes segundos sentado sobre la silla, casi inmóvil, cayendo en cuenta de golpe de lo que significaba. Intentó hacer memoria, pues el día anterior había escrito en él, así que debió quedarse sobre el escritorio; no pudo haberse perdido.

A menos…

Rememoró rápidamente lo sucedido desde ese lunes.

Despertó tarde porque se había quedado a altas horas de la madrugada terminando algunos trabajos de la escuela, incluido el tiempo que pasó escribiendo en su diario, y había olvidado por completo ordenar su mochila una vez que había acabado, pues estaba tan cansado que sólo pudo arrastrarse a la cama, y se quedó inmediatamente dormido; así que por la mañana, después de que su alarma sonó por tercera vez, fue que se apresuró a cambiarse y aventar sin cuidado todo lo que estuviera sobre el escritorio, dentro de la mochila... su diario incluido.

¿Cómo es que no lo había notado en seguida? Había estado tan distraído por aquel chico que ni siquiera notó que se había llevado a la escuela su objeto más preciado en la vida.

A pesar de haberlo recordado volvió a buscar en los cajones, esta vez con menos delicadeza, no importándole si algunas cosas caían al suelo, haciendo un desastre. Lanzó la mochila hacia algún lugar de su habitación, después de haberla vaciado sin cuidado en la cama. Miró a su alrededor con un pánico creciente que le oprimía el pecho y hacía sentir un hueco en el estómago.

Al cabo de varios minutos más volvió a confirmarlo. Su diario no estaba en ninguna parte de aquella habitación.

Apretó los ojos con fuerza y se llevó las manos a la cabeza, mientras dejaba salir un grito exasperado. Sus dedos se enrollaron en sus cabellos, apretando cada vez más hasta que los estaba jalando en un intento desesperado por no seguir aventando sus cosas por todos lados.

Dio pasos hacia atrás hasta chocar con alguna pared, y se dejó caer hasta quedar sentado en el piso, escondió su cara entre sus piernas e intentó controlar sus emociones, lo último que necesitaba es que le diera algún ataque de ansiedad en ese momento.

Contó mentalmente hasta diez, y con cada número que pasaba inhaló profundo; después de que se medio calmó dejó salir un cansado suspiro, y después de varios segundos más, volvió a levantar la mirada. Observó todas sus cosas regadas por todas partes.

Ojos color tinta |Hyunlix| (Reescrita)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora