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Capítulo 40 Presentación

Su Wo tuvo un sueño por la noche.

En el sueño llevó a Lu Li de vuelta a la ciudad con él. No había bestias oscuras, el Maestro seguía vivo, y la vida en el pueblo era tan suave y estable como el gran río que ondulaba a su alrededor. Llevó a Lu Li ante el Maestro y le dijo que Lu Li era el centinela que había encontrado y que viviría con él el resto de su vida. La sonrisa en el rostro de su amo se desvaneció y se preguntó cómo iba a tener hijos después de encontrar un hombre. Argumentó con su maestro que los dos se enamoraron a primera vista y que no querían tener hijos en el futuro, a lo que Lu Li se adelantó de repente y dijo que podía darle un hijo a Su Wo.

Su Wo: "......"

Su Wo se despertó de repente con un sobresalto, mirando al techo en la oscuridad durante medio día antes de volver a sus sentidos. El halcón peregrino de la cabecera se inclinó tranquilamente, acompañando en silencio a Su Wo. Cuando Su Wo vio el halcón, el sueño absurdo resurgió. Su mente reverberó con el pensamiento de Lu Li dando a luz a su hijo, y se dio la vuelta y enterró la cara en la almohada, avergonzado al pensar cómo podía tener un sueño tan extraño. Probablemente ...... en su subconsciente Lu Li es omnipotente.

Su Wo no puede dormir por un tiempo, la figura de Lu Li ocupa obstinadamente su mente. Pensando en el sueño, Su Wo se sintió divertido y nostálgico. Desde pequeño vivía en un pueblo cualquiera del país de China, y las únicas personas con las que entraba en contacto de forma habitual eran su amo y sus vecinos, así como sus compañeros de colegio. Su maestro era un anciano amable y gentil, sus vecinos eran sencillos y amables, sus compañeros eran animados y entusiastas, y Lu Li era diferente a todas las personas que había conocido en el pasado. A una edad en la que Su Wo estaba en plena pasión, Lu Li apareció de la nada. Era poderoso, guapo, culto y lleno de encanto, cumpliendo todas las fantasías de Su Wo sobre su futuro yo. Aunque nunca lo había admitido, Su Wo subconscientemente esperaba poder convertirse en un hombre como Lu Li en el futuro.

Anteriormente Su Wo lo había estado evitando, y no podía decir qué le molestaba más, su identidad como guía centinela o la identidad de Lu Li como hombre. Lo primero se debía quizá a que había pasado mucho tiempo con Lu Li, y confiaba instintivamente en que no era el tipo de hombre que trataba a su guía como un subordinado. Este último probablemente había dejado de molestarle desde que había discutido con su maestro por Lu Li en su sueño. Pensó que caerle bien a Lu Li era algo fácil, es decir, que el deseo del anciano por sus hijos y nietos se vería truncado.

Su Wo se dio la vuelta y tocó el halcón, pensando en Lu Li mientras se dormía.

Dentro de la sala de mando, Lu Li sostuvo un libro durante medio día sin pasar las páginas. Sintió los cambios de humor de Su Wo y se puso de buen humor. Shen Shen, que estaba a cargo de la vigilancia de esta noche con él, se acercó y le dijo cariñosamente: "No importa, vales la pena la espera de cada centinela".

Lu Li miró a Shen Shen con una sonrisa irónica y dio un golpe: "Cuarenta mil metros".

"......" Shen Shen, apartó la energía pícara de su cuerpo y se apoyó en la consola de mando para ponerse serio, "Jefe ¿cuándo vas a enlazar con el pequeño guía?"

Lu Li dijo: "No hay prisa".

Estas fueron las sinceras palabras de Lu Li. A medida que fue conociendo mejor a Su Wo, descubrió que la comprensión de Su Wo sobre las Guías Centinela era sólo superficial. La resistencia de Su He al Centinela era más bien la resistencia cotidiana de la gente a algo con lo que no estaban familiarizados y no entendían. Una vez que lo conocen mejor, la gente suele darse cuenta de que no es lo que creía. Lu Li estaba más preocupada por la resistencia de Su He a su condición de persona del mismo sexo que por esto, Su He no parecía ser capaz de aceptar estar con alguien del mismo sexo, al igual que Su He había dicho por la noche que no estaba preparado. Lo primero por desconocimiento, lo segundo por percepciones, sea lo que sea, Su Wo necesita tiempo para entender la aceptación, y tiene la paciencia de esperar a que su pequeño guía crezca.