HUMANIDAD [ DAIMON SALVATORE ] [ 1 ] [ EN EDICIÓN ]

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CAPITULO DIECIOCHO |  KLAUS

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RILEY GENUINAMENTE NO PODÍA RECORDAR LA ÚLTIMA VEZ QUE HABÍA PODIDO DORMIR BIEN POR LA NOCHE.

Desde la noticia del sacrificio, y todo lo demás, la rubia rojiza había tenido problemas para dormir.

Riley se dio la vuelta y miró su despertador y con un profundo suspiro, decidió levantarse de la cama para hacer un café.

Mientras Riley bajaba las escaleras, frotándose suavemente los ojos mientras caminaba, Elijah la sobresaltó.
El vampiro original pasó a toda velocidad junto a ella y se paró en el umbral de la casa.

La rubia rojiza se detuvo, sus ojos se abrieron cuando Elena subió corriendo desde el sótano.

"¿Elena?"

La mirada de Riley varió entre el Original, cuyas manos estaban presionadas contra el marco de la puerta de madera, y el doppelganger de aspecto culpable.

¿Qué diablos está pasando-"

"¡Shh!" Elena colocó su dedo índice contra sus labios mientras le decía a Riley que se callara, luego señaló hacia arriba, indicando que Stefan y Damon seguramente podrían escuchar si hablaban un poco más alto.

Elijah intentó volver a entrar a la casa de los Salvatore pero se detuvo en el umbral Elena no lo había invitado a entrar.

"¿Qué pasó?"

"Te lo diré, pero no aquí" murmuró la doppelganger, luego miró a Riley. 

"Puedo arreglar esto, puedo arreglarlo todo." Su atención se centró una vez más en Elijah "¿Puedo confiar en ti?"

Elijah inclinó la cabeza con una ceja levantada, sabía que sería una tontería poner su confianza en las manos de Elena Gilbert una vez más.

"¿Puedo confiar en ti?"

Vacilante, Elena le entregó a Elijah la daga de plata que una vez se hundió en su corazón y lo dejó muerto S
sabía que entregarle a Elijah la daga demostraría que estaba depositando su confianza en él.

"Necesito averiguar qué sabe sobre Klaus...todo, debe haber una manera de evitar esto: Bonnie muriendo para salvarnos" Elena le dijo a la bruja, quien asintió lentamente.

"Está bien entonces, puede decírnoslo a los dos" La atención de Riley se volvió hacia Elijah, cuyos ojos estaban firmemente puestos en ella.

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Elijah llevó a las niñas a la mansión Lockwood y obligó a Carol a buscarle un traje nuevo, considerando que el suyo estaba quemado.

Riley miró al Original con cara de preocupación, pero sabía que Elijah no lastimaría a ninguna de las dos.