I ʕ·ᴥ·ʔ

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Jungwon se sentía como si fuera a aventarse de un puente, sus piernas temblaban, sus manos sudaban, dudaba en si debía ir o regresar a su casa y renunciar a todo, su cabeza no podía de dejar de sobre-pensar las cosas que iban a suceder a partir de ese día y la mirada de medio salón sobre él no ayudaban mucho en sus nervios intensos que sentía.

Finalmente Yang se sentó es su butaca que quedaba justamente a lado de donde su novio se sentaba, intentaba estar tranquilo, sin embargo no lograba despejar su mente. Probablemente dirán "¿Por qué tan nervioso si es su novio?", bueno, ellos mantenían una relación en secreto debido a sus diferencias y opiniones que los demás podrían tener sobre su relación, y también porque la mayoría del tiempo que llevaban de relación había sido a distancia lo que hacía que Jungwon no pudiera estar tranquilo o sin emocionarse demasiado al por fin ver a su enamorado después de mucho tiempo.

Inmediatamente cuando la clase comenzó, el pequeño Yang fijó su mirada en el pizarrón dispuesto a pensar solamente en su clase y no en su lindo novio que por momentos lo admiraba con la mirada. Al poco tiempo de proponerse éso, el castaño ya estaba más que entretenido y concentrado en la clase de matemáticas pues ésta era su materia favorita, fácilmente podría decirse que esa sería la única materia que pasaría, pues tampoco era como si él mostrara interés en las demás.

Sin embargo, después de un tiempo de haber empezado la clase, se sumergió en sus pensamientos, para ser exactos: pensando en Jay.

”¿Jay me estará viendo?”— pensó Jungwon al sentir que alguien lo miraba, y no era su compañero de atrás de él.
Qué mejor manera de averiguando que volteando a ver al pelinegro de manera discreta.

”Oh Dios mío, me está viendo”.— su cuerpo se tensó y sintió tremendas ganas de mear.
Dentro de Jungwon todo comenzó a ser un desastre, sus piernas y pies comenzaron a moverse sin poder volver a concentrarse en la clase y trayendo consigo las típicas mariposas en el estómago que lo hacían querer ir al baño.

Ya había pasado la clase de Física y Lengua Materna, pero el castaño seguía pensando en Jay, y ahora también en las probables tareas que se le habían olvidado por el día anterior pasársela hablando con su novio.

”Maldito seas, Jay”

Razones por las que...
1. Te odio por no poder concentrarme en la clase.

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๑  razones por las que...   ๑   ៸៸     - jaywonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora