CAPITULO 4

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Son las cinco de la mañana y ya está toda la familia en pie. Antes de levantarme de la cama hecho un rápido vistazo al móvil para ver si Mar, mi mejor amiga, a contestado a mi mensaje. ¡Si, si lo ha hecho! Con una sonrisa tonta comienzo a leer lo que me ha escrito, y pone así: "¡Oh cielo, eres tan adorable, y tan única! Yo también te quiero, más de lo que puedas imaginarte. Buenas noches mi reina, descansa." ¿Más de lo que me imagino? ¿Eso iba con segundas? Demasiadas preguntas empiezan a aparecer en mi cabeza cuando mi madre grita desde el salón que va siendo hora de levantarse si quería llegar a tiempo a mi vuelo.
Mí hermano, que por obligación ha tenido que despertarse para despedirse de mí, se está quejando de que es demasiado temprano, que él quiere dormir. Al escuchar esas palabras le grito: ¡pero solo te va de dos minutos, y te vuelves a dormir!.

¡Es un vago! Se queda parado mirándome, sorprendido por mi reacción y seguidamente le pido disculpas. Estoy demasiado  nerviosa. Al fin ha llegado el momento de subir al taxi hacia el aeropuerto. Me despido fuertemente de mi padre, el me dedica unas palabras tiernas y confortadoras, que no mencionare si no se me saltaran de nuevo las lágrimas. Me despido de Barcelona y arrancamos. 
Apenas faltaban cinco minutos para llegar al aeropuerto, y me entra un escalofrío. Miro a mi madre y veo que tiene los ojos llorosos, y le pregunto: ¿qué pasa mamá? Ella me responde tan tierna como siempre: nada hija, simplemente que te haces mayor, y yo cada día más vieja. Dentro de unos días ya no serás mi niñita, pasarás a ser toda una mujer, que podrá dominar cualquier situación y seguir hacia adelante ella sola.
En ese momento no supe que decir, así que simplemente le abracé y nos sumergimos en un mar de lágrimas.
Al llegar al aeropuerto me encontré con mi mejor amiga, y creo que nunca me había llevado una alegría tan grande. Rápidamente fui a ver que hacia allí. Corrí como si no hubiese un mañana hasta que conseguí alcanzarla. Nos dimos un fuerte abrazo. Cuando logre recuperar un poco el aliento le pregunte que hacía allí, ella ilusionada me dijo que iba de intercambio a Boston por un año, ¿y tú? Me dijo.
En ese momento no supe que decir, era increíble, íbamos a ir al mismo destino y hasta ahora no nos habíamos enterado.
A los pocos segundos de que ella me diera su gran respuesta chille entusiasmada, ¡yo también voy allí! Así que por segunda vez nos dimos un gran abrazo. Seguidamente se me paso por la cabeza preguntar dónde se alojaba, por si alguna remota casualidad era en mí mismo piso. Ella me respondió risueña, en,  Mattapan en un piso en el centro, pero comparto habitación con una chica de mi edad.
En ese momento creo que mi corazón se paró durante unos segundos. No podía creerlo, ¡íbamos a compartir piso! Grite seguidamente que esa chica de la que hablaba era yo, que yo compartiría piso con ella.

Innolvidable adolescenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora