•CAPÍTULO «𝐈𝐈𝐈»

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(LEE NAEUN)

Escucho la puerta abrirse, es el primer sonido que se oye como un rechinido de maderas tocándose, muy lento pero fuerte que resuena por la habitación silenciosa. Al ser la primera hora de la mañana, aún más vibrante es. Abrí lentamente mis ojos y lo primero que visualizase fue la figura de Somin muy coqueta. Probándose distintas prendas. A un lado de ella en el suelo había una montaña de ropa, seguramente todo su guardarropa debe estar allí. No sé cuánto tiempo pasó, solo sé que fueron muchos minutos. Largos minutos, tantos que ella ya se encontraba enfrente del espejo modelando un fino vestido suelto de color azul marino. Alisaba con las manos las pequeñas arrugas que había en él, como si su vida dependiera de ello. Me senté en la cama y la observaba en silencio hasta que por fin hablé:

—¿Qué estás haciendo aquí? —fue lo primero que le pregunté con su voz gélida y evidentemente enfadada― Tú tienes un espejo enorme en tu habitación, ¿por qué siempre vienes al mío? Te comenzaré a cobrar peaje.

Ella solo respondió con una sonrisa dulce con dientes expuestos y dando una vuelta sobre su propio eje demostrando lo de despampanante que se veía. Con eso me quiso decir que estaba viendo su atuendo del día de hoy. Me causó gracia porque imaginé todo lo que realizó desde que abrió los ojos. Seguramente le habrá dicho el destino «no estoy preparada para nada de lo que tengas para mí». Luego se ducho, después habrá abierto su enorme armario, tomándose más de una hora para escoger su outfit del día de hoy. Después se habrá tardado una hora más en su maquillaje y peinado. Y ahora se ha contemplado enfrente del espejo hasta que yo despierte y le firme lo preciosa que se ve. Porque sí. Es preciosa y se ve preciosa.

―¿Y? ¿No me dirás nada? ¿Porque si no me dices algo te juro que nos quedaremos aquí todo el día? yo no tengo ningún problema. ¿Acaso quieres saltar tus clases y deleitar tu vista conmigo?

Yo sonrío mientras buscaba las palabras adecuadas. Sabía que no tenía más opciones que decir lo que ella quería escuchar o no nos iríamos más de mí habitación, tuve suficiente tiempo para pensar en mil posibilidades y en cómo tenía que actuar.

―So… pero ya te dije que te ves muy bonita, más bonita que ayer. Es más, te ves demasiado bonita, te ves espectacular y despampanante. Como todos los días. Toda una diva. Toda una perra empoderada que deja a sus pies a cualquiera, hombre o mujer, plantas y animales. —dije señalándola de arriba a abajo, luego la tomé por los hombros y le di una vuelta mientras decía que se veía increíble.

Ella ríe risueña pero llena de gracia. En una milésima de segundos se pone seria. Sus labios se alinearon, una de sus cejas se arqueó y sus ojos se concentraron en los míos.

―No es suficiente. Y no lo dejaré pasar.

―¿Qué querés que te diga, entonces?

―Que te causó un orgasmo visual. —agregó Somin también señalandose, pero con una expresión sombría. La mano de ella recorría su cuerpo, arriba y abajo, tratando de tranquilizarse― Es que si no causa un orgasmo visual significa que no estoy bien vestida. Y si no estoy bien vestida no saldré de aquí.

Se miró de nuevo en el espejo y sintió un escalofrío recorrer su cuerpo, simplemente era perfecta.

―Bueno, está bien So… lo confieso, me he mojado con solo verte. He imaginado millones de escenarios en donde puedo estar tijereteando contigo.

Ella solo se limitó a observarme, como si estuviera analizándome, escudriñaba mi mirada y acciones faciales. Por primera vez me sentí nerviosa y un nudo en la garganta creció, comencé a aguantar la respiración, no quería que ella pensara que estaba haciendo falsa. Porque no era así, realmente se veía hermosa pero nada de lo que le diga ella parecía creer. Es que seamos realistas, todos los días era la misma temática entre nosotras, desde que éramos pequeñas. Lo que sucedía era que Somin tenía problemas de autoestima, por lo que sé todo comenzó cuando iba en la primaria, las mismas que decían ser sus amigas la hacían sentir mal consigo misma. Claramente que cuando creció cambió un poco su actitud y personalidad. Pero aún así su complejo seguía escondido en lo más profundo de su ser.

«𝐀𝐋𝐎𝐍𝐄» ❝𝗣𝗝𝗠❞ (+¹8) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora