01 DE ENERO, 2020
IBIZA, ESPAÑA
Charles point of view.
Mis pasos eran lentos sobre la arena que se metía entre medio de los dedos de mis pies. Nunca me gustó mucho la playa por esta misma razón... y sigo insistiendo que la nieve va mejor conmigo, o al menos es lo que yo quiero o me obligo a creer.
Charlotte se había empeñado en que vengamos para Ibiza, yo solo quería quedarme Mónaco con mis amigos, pero por alguna razón me había convencido de venir a esta horrorosa playa llena de adolescentes hormonales donde lo menos que había era la tranquilidad que yo necesito después del año tan pesado que fue.
Suspiré, sintiendo mi cuerpo pesado mientras varias personas se acercaban. Al cabo de unos pocos minutos ya tenía bastantes personas a mi alrededor, con Charlotte al otro lado de la playa para no ser vista o reconocida.
Hace unos meses terminé con Giada. Y fue lo peor que pude haber hecho... porque ella sí me quería. Pero sería completamente injusto seguir con ella después de lo que pasó. Después de lo que hice.
Habíamos terminado muy mal, y lastimé de la peor manera a la persona que estuvo conmigo desde que éramos tan solo niños. Las consecuencias de mis acciones eran algo con lo que tenía que vivir a diario, y probablemente la culpa me siga persiguiendo bastante tiempo más.
"Giada, gracias por haberme amado. Lo hiciste de la manera en la que yo nunca pude hacerlo ni conmigo mismo".
Y me despedí de ella, la dejé en nuestro departamento en Mónaco entre los mares que caían por sus ojos. Me subí a mi Ferrari y estuve dos horas y quince minutos esperando a que alguna señal divina me diga que hacer, o que alguien me diga por que me sentía de ésta manera tan terrible si yo ya no la amaba.
Pero nada caía del cielo, nadie llamaba y nada nunca se había asemejado al dolor que mi pecho guardaba.
Días después, Charlotte apareció en mi departamento, con un papel debajo del brazo.
"Nos vieron juntos. Tendrás que oficializar esto... tendrás que hacerlo si no quieres que mi padre te quite los sponsors, Charles".
Ferrari estaba pasando por la que quizás era la peor etapa de su historia, y no podía permitirme que me bajen en un momento como éste. Así que cometí otro error del que me arrepentía todos los días. Pero mi carrera siempre estuvo delante de todo, y tenía que priorizar mi ahora.
Los casinos de Mónaco generaban gran parte de ganancias para nosotros, principalmente por ser uno de los sponsors más presentes alrededor del premio de casa. Emmanuel, el padre de Charlotte trabaja como gerente, y claramente se encarga de nuestro contrato.
ESTÁS LEYENDO
BEAT | F1
Teen Fiction¿Qué podrá salir bien cuando el destino se encarga de juntarlos furiosamente y de maneras despiadadas? Camila pasó su vida intentando encajar más allá de las cosas malas que le regaló la simple acción de su existencia, nunca le gustó ser el foco de...